Queda aluminosis para unos cimientos tan frescos
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La solidez, disciplina táctica e intensidad del Getafe de José Bordalás han puesto al descubierto las carencias del Betis del chileno Manuel Pellegrini, un proyecto cuyos cimientos, o están aún demasiado frescos, o debilitados por la aluminosis de estructuras y rutinas del pasado más reciente en verdiblanco.
El 3-0 de los madrileños en una lacerante primera parte bética en el 'Alfonso Pérez' ha sido un baño de realidad para los de Pellegrini con una más que evidente vuelta a vicios pretéritos, los que hicieron que la pasada temporada el conjunto bético encajara sesenta goles y propiciaron la llegada del chileno para encabezar un nuevo proyecto.
Lleva, sin embargo, el entrenador de Santiago siete partidos al frente del equipo -tres en pretemporada y cuatro en Liga- en los que ha bosquejado una apuesta global más equilibrada, intensa y sólida y que, sin embargo, en una sola noche, la de ayer, ha mostrado fallos estructurales y de fondo demasiado familiares.
Un ilusionante comienzo liguero con dos victorias consecutivas ante Alavés (0-1) y Valladolid (2-0) y una derrota ante el Real Madrid (3-2), con momentos de muy buen juego y polémica arbitral, han dado paso en sólo noventa minutos a que salgan a pasear fantasmas recientes y se resientan la costuras de una cicatriz que aún está blanda.
Y es la de la herida de un equipo que se derrumbaba a las primeras de cambio, feble en sus resortes defensivos y, además, en su capacidad de reacción ante cualquier adversidad, lo que ilustró tras la derrota ante el Getafe el central Marc Bartra al afirmar que "en Primera, con esa mentalidad, te pasan por encima".
"Si no estás, lo pagas" o "hemos tirado la primera parte a la basura" fueron otras lecturas después de la aciaga noche getafeña de Bartra, reconvertido en lateral diestro por las bajas el brasileño Emerson Royal, sancionado, y de Martín Montoya, en cuarentena por un positivo en coronavirus en su entorno.
Por encima de cambios circunstanciales en la alineación, los seis goles encajados en los dos últimos partidos por el Betis, cuyo lema hasta anoche era 'portería a cero', han coincidido con la baja por lesión del chileno Claudio Bravo en la portería; y los tres últimos, con una pájara colectiva en los deberes tácticos y en la intensidad que, como el valor en la extinta 'mili', se debe suponer en Primera, como subrayó el central.
El esquema de Pellegrini había cogido hechuras de inicio con el equilibrio defensivo del que le dotaba el doble pivote formado por el argentino Guido Rodríguez y el portugués William Carvalho por delante de una defensa de cuatro y detrás de una línea de tres formada por Sergio Canales, el alma del equipo, el capitán Joaquín Sánchez y el francés Nabil Fekir, tan talentoso como guadianesco.
Sin embargo, por encima de pizarras que un día funcionan y otro no, el técnico chileno tendrá de aquí en adelante que coger la tiza para escribir en ellas cosas como que no hay que quedarse distraído atrás cuando la defensa hace la línea del fuera de juego, que no se deben perder balones en la zona caliente en el centro del campo o que la intensidad y la disciplina es algo parecido a lo que insufla Bordalás.
La dimisión, sin embargo, de una noche desdichada no puede inducir al pendulazo de la euforia por un liderato anecdótico a estar en depresión, ya que Pellegrini aún está en la fase de ensamblaje de un proyecto que viene de fases convulsas, que aún enseña rutinas viciadas y que, además, está condicionado por lo económico.
Con sólo tres refuerzos a coste cero, Claudio Bravo, el central Víctor Ruiz y el lateral Martín Montoya, el nuevo director deportivo bético, Antonio Cordón, hace encaje de bolillos con la cantera y oportunidades de mercado que escasean.
Mientras, Manuel Pellegrini trabaja con lo que hay, casi lo mismo que en la pasada temporada más la vuelta del delantero paraguayo Tony Sanabria, que no termina de romper ante un decepcionante Borja Iglesias y Loren Morón, que ha tardado en incorporarse por un positivo en coronavirus.
Por ello, más que cambiar piezas, le ha tocado hacerlo con la mentalidad de un grupo en el que, por lo mostrado en el Alfonso Pérez, aún pesan en exceso rutinas y automatismos pasados y en el que, el hormigón moral necesario para tapar el debilitamiento de sus estructuras aún no parece haber cuajado, está fresco.
El propio Pellegrini, descarnado y serio como (Santiago Martín) 'El Viti' -que citaba a los toros en el juzgado-, lo dibujó al afirmar que el partido de los suyos fue "muy falso defensiva y ofensivamente" y que, entre otros y nada desdeñables matices, es "para olvidar", el próximo sábado ante el Valencia en Mestalla.
Lo de Joel Robles es de juzgado de guardia. Le pegan el banquillazo al empezar la liga, se lesiona Bravo, juega porque no hay otro y empieza a jugar con los pies al trincarro con Bartra, Sidney, Mandi y compañía, recordando tiempos anteriores nefastos. ¿No podría aleccionarse al portero del filial y mandarlo a la venta? Al final, casi será mejor que lo sancionen.
Un buen lateral es el que ante todo sabe defender si después sabe atacar es un plus pero lo más importante para un defensa es defender y Alex Moreno no tiene ni idea pero peor elección fue la de Bartra antes que darle la oportunidad al canterano.