Insistencia para romper el hielo

Esta Copa es así. En Linares, el Sevilla ganó por insistencia a un equipo pertrechado y bien ordenado defensivamente. Si eres peor y tienes una bala, juégatela a lo que sabes. En 90 minutos, un equipo de Segunda División y, de Primera hace muy poco, obligó al Sevilla a tirar de sus mejores jugadores para ganar el encuentro. La Copa actual te obliga a eso. Si eres pequeño sal ordenado y pelea todo. Si eres el grande, intenta acertar pronto o el choque se complica. Se complica tanto que te vas a la prórroga. Al final, un solitario gol de Ocampos sirvió para darle el pase al Sevilla a los octavos de final. El pase fue merecido. Entre lo positivo, el gol de Ocampos de jugada, Idrissi o el decente papel de Aleix Vidal. Entre lo negativo, De Jong volvió a firmar un partido muy malo.

La primera parte del partido fue asintomática, sosa y sin argumentos. El Sevilla dominó el balón, como era lo esperado, pero no tuvo ni una ocasión entre los tres palos. En posesión bien, en profundidad insuficiente. 

En la segunda mitad, el Sevilla salió con una marcha más. Con Munir más cerca del área e Idrissi arriesgando y tomando protagonismo, el equipo de Lopetegui mejoró sobre el Wanda. Si se destaca lo bueno hay que nombrar lo malo. De Jong sigue perdido. No se le niega el trabajo, pero sinceramente no es suficiente. Jordán y Óliver mejoraron su primera versión. Sin embargo, el mejor jugador y con más intención en los segundos 45 minutos fue Idrissi. Es muy diestro, eso le perjudica en varias acciones, pero siempre lo intenta y arriesga. Tuvo una buena ocasión en una pared con Munir y la sacó Riesgo. Si sigue así, el extremo irá entrando. 

Con el Sevilla metido en campo contrario, Lopetegui apostó por la profundidad de Óscar y Acuña. El argentino era un buen socio para Idrissi por la izquierda porque Rekik apareció poco o nada en ataque. Funcionó poco el plan del entrenador y Lopetegui apostó por Suso y Ocampos, para mandar al banquillo a Idrissi y Munir. Dos de los jugadores más potables del Sevilla en la segunda mitad. La realidad es que desde Jordán salió del campo, el equipo empeoró.

Hubo inquietud del Sevilla, sí, pero lo que se demandaba desde un principio. Los últimos minutos del partido eran peligrosos. El Leganés se estiró en un par de ocasiones arriba y se notó el miedo. Martí tenía el partido donde quería. Había llegado vivo al minuto 90 y el choque se iba a la prórroga.  

La prórroga

Movía una pieza más Lopetegui. El vasco daba entrada a Koundé por Aleix Vidal. El catalán cuajó un partido bastante solvente. Al poco de arrancar la primera parte de la prórroga llegaría el gol del Sevilla. Enorme pase de Óliver, después de fallar mucho en la entrega a lo largo del partido, ponía en ventaja a Ocampos para que el argentino pusiera por delante al Sevilla. Primer gol de jugada del extremo que le puede dar mucha confianza.

A partir de ahí el encuentro tomó la dinámica de la tensión tranquila. Esa en al que el Sevilla seguía intenso sin generar ocasiones, y el Leganés se mantenía vivo y lo intentaba como podía. Hubo una mano de Diego Carlos dentro del área que con VAR seguramente se hubiera pitado. Ahí tuvo suerte el Sevilla. González Fuertes no lo vio.

No fue brillante, pero el equipo de Lopetegui fue claramente mejor que su rival. Toca esperar a un rival para los octavos. Cuidado que a un partido, como ya se ha demostrado, la película es bien distinta.