En el sofá del Villamarín

El del Benito Villamarín ha sido posiblemente el partido más cómodo de toda la temporada para el Sevilla fuera de casa. El conjunto de Lopetegui ha vencido por 0-2 con una sorprendente facilidad. Bien es verdad que medió la expulsión de Guido, pero también que el Sevilla controló el partido como quiso desde el inicio y que no sufrió ni una ocasión en contra prácticamente en todo el encuentro salvando dos acciones a balón parado.

Por ahí, por el control, empezó ganando el partido el Sevilla de Lopetegui, que prolongó su racha de resultados y de resultados en el Benito Villamarín. El técnico vasco, además, superó en todo momento a su contrario, Manuel Pellegrini, que no vio venir o si lo vio no reaccionó los movimientos de su colega. Con diez fue muy superior el Sevilla, pero en la primera mitad el equipo nervionense también condujo y manejó mucho mejor el choque.

El Betis, por cansancio o por ánimo, estaba claro que no empezó 'súper'. No fue a buscar al Sevilla, que es como más daño se suele hacer, no mantuvo una presión alta ni tampoco estuvo raudo en los robos. Es decir, impuso un ritmo al partido perfecto para que el equipo de Lopetegui sacara su versión controladora, esa que defienda con la pelota, que evita que le lleguen al área y que le permite tener la pelota y, a través de ataques muy posicionales, obtener alguna oportunidad. Además, el técnico nervionense sorprendió de inicio con una maniobra que a la postre fue trascendente. Desplazó a Rakitic, que saltaba titular, un poco hacia la banda izquierda sevillista, buscando la espalda de Rodri, ocupando un vacío que al comienzo del partido no cubrió nadie, por lo que se permitió el lujo de tener hasta dos llegadas el Sevilla en los cinco primeros minutos. El más sacrificado por parte del Betis, Guido, pronto se dio cuenta de la fuga en esa zona del campo, mientras que en la medular el croata aparecía poco. Salió en varias ocasiones a taparlo, porque resultaba que Rakitic estaba jugando casi sus mejores minutos esta temporada tan liberado. Pero al salir de su zona, no solo con Rakitic, sino con cualquiera que ocupara espacios muertos, se exprimía, llegaba exigido, y a veces tarde, como en su primera amarilla.

La mayor parte de la primera mitad fue un juego control del Sevilla, que sí piso más área que el Betis, con remates de Rakitic y una llegada de Montiel que no acertó a meter Rafa Mir. El Betis sí disfrutó de una falta que Fekir estrelló en la barrera y una llegada que acabó en gol de Bellerín, anulado por el VAR por claro fuera de juego.

El partido, salvo por esos detalles y quizás la falta de sacrificio de los jugadores de ataque verdiblancos, estaba igualado. Pero el Sevilla sí que sacaba ventaja de más situaciones del partido, superioridades, más combinaciones... Y algunas contras, porque aunque el conjunto nervionense sea como poco discreto a la hora de lanzar contragolpes, las pérdidas del Betis existían, como la que generó la segunda amarilla de Guido en una salida de Rafa Mir.

Golazo de Acuña

La superioridad numérica fue evidentemente clave y el Sevilla, tras el descanso, sumó a su fútbol control más espacios para poder jugar la pelota, especialmente por las bandas. Julen detectó claramente el déficit defensivo de los costados verdiblancos. Canales, Rodri, Fekir... apenas tenían retorno, y los costados se convirtieron en autopistas para Acuña y Montiel, que además estuvieron especialmente incisivos. A los 55 minutos una de las múltiples llegadas del 'Huevo' acabó en un trallazo que ya terminó de romper el duelo. Antes habían llegado él y su compatriota en varias ocasiones a línea de fondo, con falta de acierto en el remate final.

Pellegrini había tardado en hacer los cambios, Lopetegui le estaba ganando la partida por poco en la primera mitad y por mucho en la segunda, y además el chileno estuvo especialmente lento a la hora de reaccionar. La variante para dar más piernas a las bandas llegó tarde, cuando el Sevilla ya jugaba un rondo en todo el campo. Es cierto que el Sevilla sesteó algo más, no buscó la verticalidad, pero siguió teniendo ocasiones que Rafa Mir, muy fallón, ni nadie de los de arriba acababa de concretar. Tuvo que ser Bellerín quien lo hiciera, con algo de justicia sevillista por la enésima llegada de Montiel, a quien fueron a felicitar de inmediato sus compañeros tras el 0-2.

Si el partido estaba ya enfilado, el 0-2 terminó de cerrarlo. Posiblemente la victoria más cómoda del Sevilla fuera de casa esta temporada y junto con la del Valencia en todo el curso. El conjunto rojiblanco tiene un idilio con el Villamarín que volvió a confirmar esta noche para mantenerse en todo lo alto de la tabla y para llevarse, una vez más, el derbi. Lopetegui