Pitada imaginaria a un punto inmerecido
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Bono, Jugador Hyundai del Villarreal-Sevilla
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Las notas de los jugadores del Sevilla ante el Villarreal: uno por uno
Era el día para quitarse los complejos. Salir a ganar, ir a por los tres puntos porque una victoria solventaba la temporada. Te metías en la Champions de manera matemática, enfocabas tus posibilidades en ser segundo y de reojo mirabas a la temporada que viene con ambición. Pues ni así.
Otra vez apareció el Sevilla de las primeras partes dantescas (la segunda también lo fue), de los cero pases verticales, de los cero tiros a puerta por partido. Otra vez apareció el Sevilla pequeño con la pelota. El que no da un golpe en la mesa. El Sevilla que no hace nada en un partido con una gran plantilla y con algún lesionado. Como todos los equipos. Hoy habría habido pitada gorda y merecida en el Sánchez-Pizjuán. Al final se quedará en pitada imaginaria porque Koundé se encontró un rebote en el minuto 95 y empató inmerecidamente.
Esta contracrónica no debe hablar del punto del Sevilla. No se puede hablar de casta o coraje. No se puede hablar hoy del “Nunca se rinde” porque el equipo se encontró un botín que ni ellos mismos esperaban. No buscó la victoria. No buscó el empate. Se lo encontró.
Del partido solo se pueden salvar al gran Bono que salvó todo lo que pudo y a la pareja de centrales que volvieron a cuajar un gran partido. Todo lo demás fue una superioridad clara y palmaria del Villarreal durante los 90 minutos. El partido fue una continuidad del firmado ante el Cádiz. Parecía el mismo choque hasta en la similitud de las equipaciones.
Con una victoria ante el Mallorca el Sevilla habrá hecho los deberes en LaLiga. Eso es lo único positivo que se puede pedir. Ante el Villarreal, jugadores y entrenador quedaron señalados. Qué final de Liga.