Detallazo de Delaney con la afición del Sevilla: hasta el túnel corriendo para sacar a sus compañeros

Largie Ramazani y Umar Sadiq, dos quebraderos de cabeza para une defensa con evidentes carencias, dieron este sábado la victoria al Almería, primera de la temporada para ellos, frente a un Sevilla (2-1) sigue en caída libre y que acabó desesperado viéndose incapaz de revertir la situación.

No le fue suficiente al cuadro de Julen Lopetegui adelantarse a la media hora con un magnífico testarazo de Oliver Torres y ser superior durante casi todo el primer periodo, porque la 'pareja de baile' del equipo de Joan Francesc Ferrer 'Rubi' remontó el marcador y selló un nuevo contratiempo al Sevilla en este inicio de temporada, en el que aún no conoce el triunfo.

Otro varapalo para los más de 500 aficionados sevillistas que estuvieron en las gradas del Power House Stadium. La hinchada, fiel a sus colores, se desplazó en masa hasta Almería y brindó un aliento impagable al equipo, haciéndose notar y mucho en las gradas del estadio. Un compromiso que luego no se vio recompensado a tenor de lo ocurrido sobre el terreno de juego.

Y el enfado pudo ser aún mayor. Al término del partido, la mayoría de jugadores caminaban hacia el túnel de vestuarios sin tener un gesto con la afición. No obstante, el danés Thomas Delaney tuvo un gran detalle con los suyos. El centrocampista, al ver a sus compañeros partir, corrió de inmediato para la zona de los banquillos y llamó a los jugadores para volver e ir a saludar al sevillismo. Un grato detalle del jugador, que reconoció el esfuerzo de medio millar de hinchas que harán este fin de semana casi 1000 kilómetros por carretera.

Luego fue Monchi quien bajó hasta el césped para tratar de arrojar algo de calma. El de San Fernando se acercó al sector visitante, donde estaba la afición sevillista, y pidió confianza. El director general deportivo se mostraba seguro de poder revertir la situación y pedía apoyo máximo a los suyos. En última instancia salió, de nuevo, el equipo al completo para agradecer el esfuerzo de la afición.