No amarga, pero da coraje

El Sevilla logró un empate en el derbi que no le sacia, pero tampoco le deja insatisfecho. Fue un empate que en realidad en el contexto actual del equipo nervionense, certificada la final de Budapest, no amarga, pero da coraje. No amarga evidentemente porque el conjunto sevillista llegaba tras alcanzar una meta importante a este derbi y el peso quedaba bastante relativizado tras lo sucedido el jueves. Pero da coraje porque lo cierto es que, pese a las rotaciones masivas y obligadas de Mendilibar, el Sevilla dio la cara todo el partido e incluso en la segunda parte tuvo más ocasiones que el Betis, hasta el punto de acabar embotellándolo hasta el final, más aún tras la criminal entrada de Miranda a Navas que le costó la roja.

El Sevilla estuvo a la altura, aunque es verdad que sobre todo en la primera parte le costó llegar a las inmediaciones de Bravo, bien custodiado por sus centrales, que completaron ambos una buena actuación. Le costaba estirarse, le costaba llegar a zonas de remate con efectivos, salvo Rafa Mir, y eso provocaba que aunque estuviera estrecho, en el buen sentido de la palabra, el equipo no lograra de verdad poner en aprietos al Betis, aunque tampoco sufriera.

Pero he aquí que el Sevilla, con los minutos, con los cambios, que se notaron y mucho, fue creciendo hasta el punto de tener algunas ocasiones ya de verdad importantes, algunas contras estropeadas con un pase o una conducción, o acciones malogradas por el último remate, en especial de Lamela que tuvo una clarísima que no acertó a cruzar.

El epílogo del partido vino marcada por la antideportiva entrada de Miranda, que pudo causar una desgracia a Jesús Navas. Ver al palaciego fuera de sí lo dice todo. Vio la roja tras la indicación del VAR a Gil Manzano y los 8 o 9 minutos hasta el final se le hicieron eterno al Betis, que mantenía la compostura con sus centrales y Bravo, que estuvo muy seguro.

El Sevilla, que tiene la mente, las piernas y el corazón ya en la final de la Europa League, acabó lamentando el empate porque en realidad fue mejor a los puntos y si pudo haber un ganador, pudo ser él. Eso sí, el empate alarga su racha positiva en los derbis, ya que sigue sin perder ante el Betis, y ya son cuatro temporadas sin hacerlo en LaLiga.