Las diferencias entre ser tercero o cuarto

El Valencia CF acaba una semana crucial en sus aspiraciones para conseguir el objetivo principal marcado a principio de temporada por todos los estamentos del club, la clasificación para la próxima edición de la Liga de Campeones. Ganando al Eibar, la cuarta plaza estaría al alcance de la mano pero ¿y la tercera? 

La plantilla al completo es bien conocedora de la trascendencia de los cuatro encuentros que restan. La conjura por conseguir la clasificación para la máxima competición continental de clubes es total y el compromiso de todos los jugadores valencianistas no puede ser mayor. Tanto es así, que la afición puede estar tranquila. Sin embargo, se abre un nuevo escenario de variantes dependiendo en que posición consiga el Valencia CF esa ansiada clasificación.

Gran diferencia entre ser tercero y ser cuarto.

A falta de cinco jornadas para el final del campeonato y a la espera de lo que pueda pasar de aquí al próximo mes de mayo, mantener la cuarta plaza parece lo más factible para los de Nuno. El Valencia CF intentará dar caza al Atlético de Madrid, pese a que los rojiblancos parten con ventaja en esta recta final de temporada, en concreto cuatro puntos. Los del ‘Cholo’, recientemente eliminados de la Champions, echarán el resto para mantener esa tercera plaza que da acceso directo a la fase de grupos de la próxima edición de la Liga de Campeones. Por su parte, el otro aspirante, el Sevilla, tampoco parece flojear en la competición doméstica a pesar de seguir vivo en la Europa League. El Valencia CF aventaja a los hispalenses en dos puntos además del ‘goal average’ a favor, por lo que los de Nuno dependen de sí mismos para conseguir el objetivo.
Finalizar las 38 jornadas de Liga en la cuarta posición significaría seguir en el objetivo, sin embargo, este no sería una realidad hasta superar la fase previa correspondiente a ese último puesto Champions.
La ronda previa en la que participará el cuarto clasificado de la Liga española, se disputará, el partido de ida el 18/19 de agosto, y la vuelta el 25/26 de agosto, por lo que el objetivo no podría certificarse hasta esos días finales de agosto. Esto supondría, supeditar el proyecto deportivo 15/16, a la superación de dicha eliminatoria, con todo lo que ello implica, teniendo en cuenta además, que la primera jornada de la siguiente Liga, se jugaría en el fin de semana entre la ida y la vuelta de dicha eliminatoria.

El riesgo

Acabar en la cuarta posición no garantiza disputar la próxima edición de la Liga de Campeones, ni mucho menos. Los futbolistas se irían de vacaciones sin haber conseguido, todavía, el objetivo. Además el riesgo de quedarse fuera es real, pues la nueva composición de la competición podría emparejar al cuarto español con el cuarto alemán, el cuarto inglés, o el tercer italiano y el tercer portugués, entre otros.

Amistoso EEUU y pretemporada

Disputar la Fase previa también supondría modificar el calendario destinado a la puesta a punto del equipo tras el verano. Empezando por una amistoso en Nueva York tras finalizar la Liga y antes de marcharse de vacaciones frente al New York Red bull. Además, el Valencia CF también ha cerrado ya tres amistosos en Suiza durante la primera parte de la pretemporada y dos más en una gira asiática por Singapur. Algunos cambios en este calendario podrían ser necesarios, con el objetivo de llegar en plenas condiciones al 18 de agosto para disputar la ida de la ronda previa.

La planificación deportiva

La confección de la plantilla quedaría supeditada a esa ronda previa. La llegada de nuevos jugadores importantes se retrasaría hasta los días finales del mercado de fichajes. Muchas de las estrellas que podrían recalar en Mestalla, quedarían a la espera de saber si su posible nuevo equipo juega la Champions. Existe una gran diferencia entre disponer de todo el verano por delante para incorporar nuevos jugadores sabiendo cual es el devenir del equipo y tener, únicamente 5 o 6 días para apuntalar la plantilla tras certificar el objetivo.

La debacle de no jugar la Fase de Grupos

Cabe la posibilidad de que, aún hipotecando todo el verano, el equipo no fuese capaz de superar la previa de Liga de Campeones. Algo, que sin duda, sería todo un fracaso y echaría por la borda todo el trabajo de la temporada anterior. Esa situación, a día de hoy es impensable, pero no se debe obviar.
Si el Valencia CF no se clasificase para la fase de grupos, sufriría un nefasto descenso en sus ingresos. Las arcas del club dejarían de ingresar alrededor de 20 millones de euros en caso de no disputar la fase de grupos. Un posible contrato publicitario supeditado a jugar la Champions también podría caer en saco roto. Todo ello podría provocar la salida de jugadores por cantidades bastante más reducidas en comparación con el precio de mercado real.
Pero si hay algo que se posaría sobre el valencianismo como una gran losa por encima de todo lo demás, es la gran desilusión que sufriría la afición. La parroquia de Mestalla ansía volver a escuchar el himno de la Champions en su estadio y, esperar una temporada más para vivir ese momento sería un jarro de agua fría. Pero no sólo los hinchas quedarían desencantados, sino también el propietario del club, Peter Lim. El magnate de Singapur hizo un gran esfuerzo durante muchos meses para hacerse con la mayoría accionarial del club, con la intención de construir un ambicioso proyecto deportivo a largo plazo que pudiese pelear por todo en cuestión de algunas temporadas y un varapalo así, a las primeras de cambio, sería un duro golpe difícilmente superable.
Por suerte, las opciones del Valencia CF siguen intactas y los de Nuno dependen de sí mismos para conseguir el objetivo fijado.