El césped de El Parador aterró a Ayestarán y a los futbolistas

Los futbolistas y al cuerpo técnico del Valencia CF alucinaron con el estado del césped del campo de fútbol de El Parador de El Saler porque las condiciones no eran las mejores. Los trabajadores que habitualmente acompañan a la primera plantilla decían con la boca pequeña que estaba 'descuidado' para la exigencia que tiene una equipo profesional y de primer nivel de fútbol. Todos estaban avisados de que el conjunto ché trabajaría allí.

El césped estaba muy alto y seco. Los técnicos salieron a inspeccionar las instalaciones y nada más ver el tamaño de la hierba (casi ni rodaban los balones), informaron al encargado de mantenimiento del campo que se debía cortar, pero quedaba otro problema y es que estaba muy seco y duro.
Cuando saltó el entrenador del Valencia CF al entrenamiento, lo primero que hizo fue pasar la mano por el césped recién cortado e hizo un gesto de resignación cuando comprobó que estaba seco y también duro. Estas dos circunstancias podían provocar en el futbolista las temidas ampollas porque hacía un abundante calor y también una humedad demasiado alta. Todos los condicionantes se daban para que algún jugador como Feghouli, que padeció la temida fascitis plantar en su pie, se viera perjudicado por la dureza del terreno de juego.
Negredo, Mustafi, Enzo... se agacharon a tocar el césped y no gustó mucho entre los futbolistas porque estaba duro. Ayestarán saltó a entrenar y pidió que se cortara y se regara. Hubo falta de previsión de los encargados de las instalaciones de El Parador.
Ayestarán hizo un gesto con la mano de que se enchufaran los aspersores e incluso llamó al delegado del Valencia, a Voro, para solicitarle que avisara al director del hotel para que se regara el campo, pero los futbolistas ya estaban sobre el césped y no fue posible. Así que se entrenó con el campo duro y el césped seco. Negredo, Mustafi, Enzo... todos se agacharon a tocar el césped porque el balón no rodaba lo rápido que les gustaba. La instalación no estaba acondicionada para un entrenamiento de primer nivel. De hecho, la segunda parte del trabajo se preparó sobre la arena de la playa.

La plantilla se quedó a comer

Tras la sesión de trabajo, Pako Ayestarán quiso que los futbolistas comieran todos juntos para hacer grupo, para que se formara una conjura para ganarle al Sevilla. Y es que este año no han sido habituales las comidas de equipo como otros años, cada futbolista cuando terminaba de entrenar se marchaba a sus casas y ahí se quedaba todo. Aunque sí que es verdad que luego fuera de los terrenos de juego hay grupos de jugadores que quedan al tener una mayor afinidad, pero quedadas grupales no han sido habituales en un año que ha sido complicado. Pues esto lo quiso recuperar Ayestarán, además, de asegurarse que todos cuidaban la alimentación. En esta semana todo cuenta para lograr el triunfo ante el Sevilla.