El don musical de Nani

El jugador del Valencia CF Nani, recientemente fichado, no ha podido entrenar todavía con su nuevo equipo debido a su participación con Portugal en la Eurocopa, de la cuál ha salido campeón. En la fiesta de celebración por la consecución del título de ayer por la tarde en Lisboa, el nuevo futbolista valencianista sorprendió a todos los allí presentes, incluso a sus compañeros, con una demostración de "beatbox", un estilo musical que se basa en la habilidad de producir ritmos y sonidos con la boca como si de un instrumento musical se tratara. Su show sobre el escenario causó tal éxito que su compañero de selección Renato Sanches quiso imitarlo, con un resultado similar. 

En ElDesmarque ya descubrimos hace unos días la cara más personal del jugador portugués, dejando de lado por un momento al fútbol, y nos encontramos con una historia dura desde la infancia. Sus padres le habían abandonado siendo todavía un niño. Amadora, un barrio humilde de los suburbios de Lisboa, es un lugar desaconsejable para crecer y Nani tuvo que hacerlo prácticamente solo. Cuando tenía seis años su padre se marchó de vacaciones y nunca volvió. Su madre tuvo el detalle de 'tardar' un poco más. Esperó hasta que su hijo cumpliera los doce para irse a Holanda en busca de una nueva vida. En un lugar donde la droga y el crimen son parte del paisaje, donde la policía portuguesa apenas se atreve a entrar, Nani creció solo, viviendo con el único cobijo de una casa construida con placas de metal.Nani se convirtió en maestro de ceremonias con su exhibición de "beatbox".
"Dónde crecí siempre había problemas con la policía y se escuchaban disparos. Era un nido de violencia. Muchos de mis amigos de entonces están ahora en prisión. A mí me salvó el fútbol", explica el futbolista.
"Era difícil vivir allí. Siempre había problemas con la policía y se escuchaban disparos. Era un nido de violencia. Muchos de mis amigos de entonces están ahora en prisión. A mí me salvó el fútbol", recuerda Nani. El fútbol se convirtió en su salvación y lo fue gracias a su hermano mayor, Paulo Roberto, a quien admiraba profundamente. Paulo Roberto jugaba a fútbol y, por lo tanto, Nani también quiso hacerlo. "Él me enseñó todo lo que sé. Yo no sabía nada sobre el fútbol, ni cómo se jugaba, pero consiguió un balón para mí y me enseñó a jugar. Fue un padre para mí“, confiesa Nani. Su hermano fue quien le llevó por primera vez a hacer una prueba con el Real Massamá y cambió su vida para siempre. "Era un chico débil y mal alimentado, pero cuando vimos lo que podía hacer con el balón nos dejó boquiabiertos", relata Luis Neves, su primer entrenador en el Real Massamá.