Al Valencia le condena su debilidad en las áreas

El Valencia CF sumó una nueva derrota en la Liga al perder por 1-0 ante la SD Eibar en Ipurúa. Como pasara en la primera jornada, el conjunto de Mestalla jugó bien, tuvo minutos de buen juego en la primera mitad y varias ocasiones claras para marcar, pero no las materializó y el equipo armero, en un penalti claro de Aymen Abdennour, logró el tanto que, a la postre, le daría la victoria.

Al Valencia le condenó de nuevo su falta de acierto y su endeblez defensiva. Hoy más que nunca, el conjunto de Mestalla necesita fichajes para el centro de la defensa y para la delantera.
Y eso que, lo que más llamaba la atención en el once titular del Valencia era la tripleta ofensiva: Debutaba Nani, flamante campeón de la Eurocopa, está llamado a ser la estrella de un equipo que, con la marcha de Alcácer, Mustafi, André GOmes y Fuego, ha perdido referentes dentro y fuera del terreno de juego. Rodrigo estaba en la otra banda, la derecha y la referencia era para el gallego Mina.
Con todo, la principal novedad que se pudo apreciar en los primeros minutos fue la apuesta del técnico por Mario Suárez en la medular. Su presencia le dio más libertad a Parejo y a Enzo Pérez. El argentino lo aprovechó y, gracias a un slalom suyo llegó la primera ocasión. El argentino cedió la pelota a la izquierda a Gayà, que centró medido para que Rodrigo Moreno marrara la primera. El hispano-brasileño no conectó bien el remate tras una asistencia precisa. El Valencia había salido calmado, dispuesto a jugar y mover la pelota. Atrás sufría cuando el Alavés presionaba porque Aderlan y Abdennour son tan horrorosos que generan demasiada intranquilidad. 

Acoso sin gol del Valencia

El patrón era el mismo que ante Las Palmas, ese que agrada a la afición valencianista a pesar de la derrota. El Valencia quería, pedía la pelota, intentaba hacer un juego trenzado y de posesión. Y así las ocasiones empezaron a sucederse. 
Nani, que no jugaba pegado a banda pues la izquierda fue toda para Gayà, se inventó un centro en el 17 para que Mina, de tacón, volviera a probar a Asier Riesgo. El gallego estaba 'on fire' y a la siguiente acción remató de chilena. Ambas ocasiones fueron anuladas por sendos fueras de juego que no eran, aunque el meta logró despejar el peligro.
A la tercera tenía que llegar la vencida, pero Rodrigo, ante la salida de Riesgo, hizo lo más difícil y optó por centrar cuando lo fácil era rematar. Abdennour, tras centro de Nani, se sumaba con un cabezazo al acoso valencianista.
El equipo merecía el gol, pero éste no llegaba. Ni tan siquiera cuando en el 39 y en el 40, Mina sólo y a puerta vacía tiró el balón fuera. Primero por alto el centro de Rodrigo y después por el lateral. Era increíble que los de Pako Ayestarán no se marcharan al descanso con una amplia ventaja y rezando porque un cabezazo aislado de Escalante no desequilibrara el marcador.

El Eibar se estira y marca

Paradójicamente, el Éibar, que había sido peor, empezó la segunda parte como acabó la primera, con una ocasión de gol. que obligó a una estirada de Ryan. Y es que, igual que los de Pako crean muchas ocasiones, con poco le generan peligro. Quizá por ello ansía que le cambien los centrales con celeridad. La zaga valencianista sufre de lo lindo cuando tiene que sacar el balón. Una mínima presión hace que a los Abdennour, Santos y compañía les tiemblen las piernas.
La mayor presencia del Eibar en el área valencianista provocó el penalti de un Abdennour, al que en efecto le dio la pelota en el brazo, pero de forma totalmente involuntaria. Pedro León transformó la pena máxima al aprovechar el rechace de Mat Ryan. Quedaba algo menos de media hora para remontar. 
Enzo, desde lejos, fue el primero que lo intentó. El capitán estaba siendo de los mejores junto a Mario Suárez. Abdennour, de cabeza, quería rehabilitarse tras poner en franquía al rival, pero ni por esas.
Pako Ayestarán dejaba pasar los minutos. Se estaba encantando con los cambios. El equipo los demandaba desde el minuto cincuenta, pero no fue hasta el 76 cuando sacó a Bakkali para sentar a Rodrigo y a Medrán para darle frescura a la medular.
El colmo del despropósito ocurrió en el 81. Cuando el Valencia más necesitaba aprovechar sus ocasiones, Aderlan Santos se erigió en lanzador de una falta lejana que llegó mansamente a las manos de Riesgo. A la desesperada, Ayestarán sacó al joven Mir. Fue en vano. Nueva derrota del Valencia y ya van dos.  
 

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