Roger sólo perdona una vez

Triunfo de infarto para el Levante UD. El colista de la Liga 1|2|3, lejos de estar acuciado por su situación, le salió respondón al líder de la categoría y estuvo muy cerca de rascar en el bastión del Ciutat de València. Y eso que el partido empezó genial para los interes granotas, con un gol ciertamente tempranero de Chema pero el conjunto de Orriols se metió en problemas al no saber cerrar el partido y por esas instantáneas laguna defensivas que le cuestan algún que otro gol. Sangalli empató después de que Roger fallase un penalti pero el 'Pistolero' tuvo una segunda oportunidad desde los 11 metros que no volvió a desperdiciar. Y, como no podía ser de otra manera, al final hubo que sufrir e incluso Rúper la tuvo con un remate al poste cuando el colegiado ya se llevaba el silbato a la boca y la suerte se volvió a aliar con los levantinistas.

El Mirandés dejó claro cuál era el planteamiento de Pablo Alfaro y no era otro que esperar bien replegado a su adversario, sin apenas pisar la media parcela del terreno de juego del Levante UD, nada extraño tampoco en un colista frente al líder. Los granotas tenían claro que debían buscar el área visitante desde el principio, sin atajos, buen para intentar resolver por la vía rápida, bien para despejar las dudas que ha despertado su juego en los últimos partidos, pese a que jornada tras jornada se sigue disparando en la cabeza. Los de Muñiz vivieron el arranque del choque asomados al balcón del marco defendido por Roberto hasta que, en el 10', cayó el 1-0. Tras un saque de esquina, el esférico cayó en los pies de Jason que, con un centro raso, no encontró un rematador de primeras en la figura de Roger pero sí en la de Chema. El central aguardaba agazapado en el segundo palo y, pausado y con un tiro colocado, anotó el primero de la tarde.
Chema ponía por delante al Levante en un partido que arrancaba con el guión espero pero los granotas quedaron conmocionados por el fuerte golpe sufrido por Pedro López y les costó levantar cabeza
Todo empezaba por tanto rodado en el Ciutat de València, como la mayoría de los presentes esperaba frente a un adversario a todas luces inferior al Levante. El Mirandés se vio obligado a salir, eso sí levemente, de la cueva y adelantar sus líneas de presión, con lo que los de Muñiz ya no se encontraban tan cómodos a la hora de sacar la pelota jugada, con Campaña muy alejado de la caldera. A los granotas les quedaba el carril izquierdo, principal vía de escape para los azulgrana en la primera mitad y desde la que generaron algo de peligro a los burgaleses. En el 25', Morales y Toño combinaron dentro del área y el lateral no fue capaz de engatillar, del mismo modo que Campaña y, en tercera instancia, fue Natxo Insa quien concluyó la acción con una volea.
Sin embargo, tras el gol, la ocasión más clara en la primera mitad para los levantinistas llegaría al filo de la media hora de juego. La acción nació por el mismo costado. Morales buscó con un pase raso a Roger que, de primeras, aguardando en el primer palo, remató de primeras pero Roberto, que se revelaría como su pesadilla durante buena parte del encuentro, evitó el segundo tanto con un paradón. Conforme pasaban los minutos, el conjunto de Orriols perdía a chorros la fluidez y no es que la del Mirandés fuese para volverse locos pero, poco a poco, iba acercándose a las inmediaciones de Raúl Fernández, explotando el arma que tiene a disposición cualquier rival del Levante: los balones aéreos. Las dos ocasiones visitantes las tuvo Provencio: en el 36', al peinar hacia atrás un saque de falta lateral que sacó Jason a un metro de la línea de gol y, en el 45', el ex granota, al segundo palo, remataría también de cabeza pero por arriba del larguero.
El período inicial, pues, se consumía casi con el Levante pidiendo la hora y, además, perdiendo un efectivo por culpa del encontronazo entre Pedro López y Useros, en que el de Torrent se llevó la peor parte. Sin embargo, en el arranque de la segunda mitad, aunque sólo fuese por un instante, regresaban las buenas sensaciones para los granotas, al ser derribado Morales entrando en el área como un cohete y el colegiado pitó penalti. Roger cogió rápidamente el cuero pero ocurrió lo que nadie podría sospechar en un lanzador tan certero: el 'Pistolero' disparó a la derecha de Roberto y el arquero le adivinó la intención metiendo la manopla. Algo no funcionaba en Orriols y el partido se enfangó, más cerca de Raúl que de la meta visitante y, en una jugada en que no se advertía peligro, Sangalli remachó a portería un balón suelto e igualó.

Muñiz no se lo pensó un pelo y antes de que sus futbolistas plantasen la pelota en el círculo centrar para ponerla en circulación ya había quitado del campo a Saveljich (que entró por Pedro López) para hacer jugar a Casadesús. El técnico castigó una amarilla innecesaria del de Tandil y se jugó de nuevo el 'joker', la carta favorita con el mallorquín como revulsivo. El delantero la tuvo en el 77' al rematar, algo forzado, con la testa un centro muy paso al segundo palo. Un auténtico golpetazo en el rostro del líder, que no supo ampliar diferencias, y tampoco es lo que buscase mucho o con demasiada claridad, y terminó pagándolo. Tras el tanto, el encuentro se trabó más si cabe y, con futbolistas del Mirandés doliéndose por diferentes choques, se jugaba más bien poco, con el Levante y la grada carcomidos por los nervios.
Así se llegó al final del encuentro, con el Levante a la desesperada, comandado por Campaña, que buscaba a Toño pero ninguno de sus centros lograba superar a la defensa. Aun así, el conjunto azulgrana logró forzar un saque de esquina que fue providencial para sus intereses, ya que Roger era arrollado en el segundo palo y el árbitro no dudó en señalar la pena máxima. El 'Pistolero', con personalidad, de nuevo reclamó el balón y el portero intentó jugar con el factor psicológico, metiéndose por detrás de la línea de gol. Pero no le importo al pichichi que, por el mismo lado y con un chut casi a cámara lenta, estableció el 2-1 definitivo. El final, una vez más, no apto para cardíacos, con un remate a bocajarro de Rúper que se estrelló en la madera. Una tarde de nervios y una victoria muy sufrida para el líder del campeonato, que demostró que también sabe manejarse en la tensión.