Inesperada crisis deportiva en el cuarto año de Peter Lim
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Peter Lim cumple su cuarto aniversario como máximo accionista del Valencia CF con su club inmerso en una inesperada crisis deportiva y de resultados. Tras haber enderezado el rumbo de la mano del triunvirato Anil Murthy, Mateo Alemany y Marcelino García Toral, el comienzo de su quinta temporada al frente de la entidad está siendo más decepcionante de lo que la afición podía esperar. El enésimo empate de la temporada cosechado este martes ante el Young Boys no hace más que confirmar las malas sensaciones deportivas de su Valencia en este arranque de temporada, la quinta con el empresario de Singapur al frente.
Este martes 24 de octubre se cumplen cuatro años desde que Peter Lim comprara las acciones de la Fundación -tras nueve meses de negociaciones- y se convirtiera, de facto, en el dueño del Valencia CF después de comprometerse a abonar 92 millones de euros. Su proyecto, tras numerosos vaivenes sociales, económicos y deportivos, vivió la campaña pasada el momento de mayor euforia, con el equipo regresando a la Champions y recordando al mejor Valencia de la última década. Sin embargo, esas sensaciones son un vago recuerdo hoy en día, con el Valencia metido de lleno en un bucle de empates que no le permiten despegar y que empiezan a hacer aflorar los nervios de la afición. Al margen del césped, siguen pendientes de finalización los mismos grandes proyectos que cuando llegó (véase el Nuevo Estadio de Mestalla principalmente).
La crisis deportiva sorprende aún más si se tiene en cuenta que el Valencia CF este año ha hecho un gran desembolso económico en fichajes como el de Guedes y ha confeccionado una plantilla cuyo coste es de 258 millones de euros.
Su apuesta deportiva por Marcelino, renovado al terminar su primer año, se tambalea y precisa resultados urgentes cuanto antes.
Llegó y visitó el nuevo estadio
Aquel 24 de octubre de 2014 Peter Lim llegó al Valencia de la mano del anterior presidente ejecutivo de la entidad, Amadeo Salvo, tras superar un proceso de venta en el que se presentaron siete candidatos. Salvo, no obstante, siempre vio al magnate asiático como la opción preferente para hacerse con la propiedad del paquete de acciones mayoritario del club, que estaba en manos de la Fundación Valencia CF, presidida por Aurelio Martínez. Al día siguiente, Salvo y Lim visitarían las obras del Nuevo Estadio, que sigue exactamente igual que hace cuatro años. Si bien es cierto, el club está en pleno proceso de solicitud de nuevas licencias
Constantes vaivenes deportivos con Peter Lim
No ha sido su mandato en el Valencia CF un camino de rosas en el apartado deportivo. Tras una primera temporada en la que el equipo logró el objetivo marcado al acabar entre los cuatro primeros y clasificarse para la Liga de Campeones tras dos campañas de ausencia, luego vinieron dos años de sequía absoluta. Lim vivía su meta, estar en Champions, tras superar una fase previa y derrotar al Mónaco.
Fue un espejismo, a partir de ahí las cosas empezaron a ir mal fruto de una política deportiva desastrosa en la segunda y tercera temporadas de Peter Lim al frente del proyecto valencianista. La prematura eliminación de la Champions, al año siguiente acompañada por los malos resultados ligueros propició la destitución de Nuno. Cayó Nuno, le sucedieron Gary Neville y Pako Ayestarán en el banquillo y Suso García Pitarch en la dirección deportiva. Se fue Ayestarán, llegó Prandelli y sólo la normalidad que aportó Voro pudo salvar una temporada que se llevó por delante a Layhoon Chan, presidenta puesta por Lim y mano derecha del de Singapur.
La temporada pasada (2017-18) con el triunvirato Murthy-Alemany-Marcelino volvió la calma. El 10 de abril Layhoon Chan presentaba su dimisión y se certificaba una transición hacia un modelo de gestión confiando más en los profesionales del fútbol, especialmente en el campo deportivo. En enero había llegado al club un hombre de fútbol, Mateo Alemany, el gran impulsor de los cambios en la gestión de la entidad en los despachos. Con el tándem Anil-Mateo mandando, la apuesta por Marcelino García Toral fue definitiva para el cambio radical en el Valencia CF y el equipo volvió a la Champions de forma triunfal.
Peter Lim se implica de forma personal
El final de la temporada pasada y el comienzo de la presente ha sido una fase en la que Peter Lim se ha implicado de forma personal en la confección del equipo con viajes regulares a Valencia para participar en la toma de decisiones deportivas. La escenificación de ese cambio de planteamiento fue el desplazamiento a Córcega y París para negociar y cerrar el fichaje de Guedes con el jeque Nasser Al-Khelaifi, dueño del PSG.
Sin embargo, su esfuerzo denodado por traer a la estrella y confeccionar una plantilla con un coste muy elevado para el regreso a la Champions no está dando de momento los resultados esperados. Una derrota y dos empates en Europa dejan al Valencia en una situación comprometida para seguir adelante en la competición. En Liga, los siete empates lastran al proyecto que, al margen de resultados, arroja sensaciones preocupantes por su estilo de juego.
Nuevo estadio, Bruselas y Porxinos
Al margen de la situación deportiva, la administración Lim sigue pendiente de dos escenarios tan complicados o más como son la multa de Bruselas y recuperar la inversión de Porxinos. Así mientras Bruselas resuelve sobre la multa de 20,4 millones de euros (más intereses) que debe abonar el club y que está recurrida, el caso de Porxinos lleva el mismo camino. El viejo proyecto de la Ciudad Deportiva de Porxinos se resolverá en los tribunales después de que la Generalitat bloqueara casi cualquier opción de que el PAI saliera adelante al calificar la zona como como zona forestal y agrícola no urbanizable. De momento, el Valencia reclama al Ayuntamiento de Ribarroja 25 millones de euros.
Algo más de movimiento tiene el asunto del Nuevo Estadio. Ahora mismo, el Valencia CF y el Ayuntamiento están en pleno proceso de intercambio de documentación para conseguir nuevas licencias que permitan construir el estadio conforme al rediseño presentado en octubre del año pasado. Hace doce meses solicitó nuevas licencias para un estadio con capacidad para 65.000 personas. Previamente, el club se ha puesto en manos de Deloitte para encontrar financiación; .vender la parcela del actual estadio de Mestalla, supervisar el proceso de finalización del nuevo estadio y trazar un plan de negocio y venta del terciario del nuevo estadio.
Parado desde el 25 de febrero de 2009, cuando el club, por falta de liquidez y ante la fuerte inversión necesaria, detuvo "temporalmente" la construcción, la intención es que se pueda concluir la obra en 2021, como marca el calendario de la obra a través de la Actuación Territorial Estratégica (ATE) "Valencia Dinamiza"; y tal y como se comprometíó el propio Valencia CF de Peter Lim que espera que el cambio al nuevo estadio "sea una realidad en la temporada 21-22".