El guerrero interior de Gabriel Paulista ya espera al Lille
El jugador del Valencia CF, Gabriel Paulista, se ha erigido como uno de los jugadores más comprometidos de la plantilla debido a sus méritos dentro del terreno de juego. "Cuando estoy defendiendo un club lo hago hasta la muerte", ha dicho el futbolista a VCFMedia. Precisamente por ese carácter aguerrido que le caracteriza es por lo que Gabriel Paulista ha conseguido ganarse un sitio en el once de Celades.
Asimismo, el zaguero también ha conseguido el favor de la afición que deposita todas sus confianzas en el central. El brasileño ha logrado hacerse con un hueco en el corazón de una afición tan exigente como es la del conjunto Che, que ve en Paulista un seguro imprescindible para la defensa de su equipo.
Gabriel Paulista no ha llevado una vida fácil y ha tenido que pelear mucho para conseguir sus objetivos: "Sufrí mucho en mi vida, ahora tengo la oportunidad de dar una vida mejor a mi familia y no lo puedo dejar escapar, por eso en cada entrenamiento y en cada partido intento hacer lo mejor que puedo".
Si bien su carácter guerrero es su principal carta de presentación, también es cierto que el jugador ha pasado por momentos difíciles en los que las cosas no le han salido como él ha querido, no obstante, el brasileño ha demostrado en numerosas ocasiones que, pese a todas las vicisitudes que se entrometan, él no se rinde. "No sé si voy a jugar bien todos los partidos, es imposible, pero dejar de luchar o de correr por mi escudo o ayudar a mis compañeros nunca lo voy a dejar de hacer. Como todos ven, soy así, un jugador que quiere ganar y pelear todos los partidos, siempre voy a luchar".
Una imagen vale más que mil palabras, y es que en la campaña pasada el jugador demostró su compromiso con el club cuando, frente al Getafe, recibió un golpe en la cabeza, que le dejó la cara ensangrentada, y él quiso continuar jugando. Paulista también se ha pronunciado al respecto para VCFMedia: "cuando recibí el golpe me hice daño, pero quería seguir en el partido, quería seguir luchando. Luego vi la imagen y vi que tenía mucha sangre, el doctor no quería que siguiera, pero me peleé con él por jugar, y mi familia me dijo que se sentían orgullos al verme con mucha sangre y querer seguir peleando en la lucha. Esa imagen va a estar en mi mente muchos años, demuestra que soy así y que voy a luchar siempre con mis compañeros".
Esta garra que caracteriza al jugador es algo que ha heredado de su familia, pues el jugador ha admitido que con la historia de su madre, Grabiel aprendió a ser un "guerrero y luchador". Un carácter que sacará en el próximo partido de Champions frente al Lille, en un partido clave para sus aspiraciones en Europa.