Subirats rememora la Recopa 40 años después: Emoción a flor de piel
Durante trece años Javier Subirats defendió el escudo del Valencia CF y vivió una montaña rusa de emociones. Se consolidó en un equipo campeón, tocó el cielo con las gestas europeas y descendió a los infiernos con los ches en Segunda. Natural de Paterna, el exjugador ha demostrado ser un hombre de club. Como jugador fue uno de los protegidos de Mestalla y como director deportivo confeccionó la mejor plantilla de la era moderna de la entidad. Un 14 de mayo, pero de 1980 logró el mayor éxito en su carrera como futbolista: la Recopa de Europa.
Volvió de su cesión en Girona convertido en un hombre y con Alfredo Di Stéfano se aupó como uno de los futbolistas más destacados. Su nivel y el de sus compañeros sirvieron para que el Valencia CF campeonara por Europa. El título de Copa del Rey conseguido un año antes con Pasieguito permitió disputar la Recopa de Europa. Se venció en los terrenos más difíciles: Glasgow, Barcelona y Nantes. En la final esperaba el Arsenal FC y, aunque los ochenta fueron años duros en el Casanova, Subirats todavía lo recuerda como uno de sus momentos más felices: "Fue fantástico. Acababa de llegar de la mili que estaba en Girona en Segunda B. Nada más llegar alcé la Recopa y la Supercopa de Europa".
La recopa, un camino hacia la excelencia
Desde aquel 14 de mayo de 1980, las vitrinas de Mestalla pueden presumir de una Recopa de Europa. Un título muy preciado en la época. Al igual que a la Copa de Europa solo accedían los campeones de Liga, en este torneo únicamente participaban el vigente campeón de la Copa de cada país y el equipo que defendía el título. La final fue un agónico encuentro contra el Arsenal FC: "Fue bastante complicado, el partido a nivel espectador no fue muy bonito, hubo mucha lucha hasta la prórroga y al final se tuvo que decidir por penaltis. Tuvimos la suerte de ganarla y darle esa alegría a la afición".
Aunque lo más destacable siempre es la final, el camino hasta la cita en Heysel fue igual de glorioso. Vencieron en Glasgow y el FC Barcelona cayó tanto en Mestalla como en el Camp Nou. En semifinales esperaba el equipo más en forma de la competición, los franceses eran los favoritos, pero los valencianistas tenían a Kempes: "Recordaría las eliminatorias anteriores, aunque si no lo refrendas en la final no sirve de nada. Nos dio la oportunidad de disputar la Supercopa".
Primero de la mano de Di Stéfano y después con Pasieguito, los valencianistas se alzaron con la Recopa de Europa y con la Supercopa. en la Recopa las semifinales llevaron a los jugadores dirigidos por la saeta rubia hasta Nantes, donde cayeron por 2-1. Kempes volvió a ser la clave, si en la ida dio esperanzas con un tanto; en la vuelta convirtió al por entonces Luis Casanova en una fiesta. Él y Bonhof se bastaron para arrollar a un conjunto francés que no sabía por dónde le venían los obuses. Dos goles y una asistencia de Kempes sentenciaron un encuentro en el que Subirats también vio puerta. 4-0 y el Valencia CF en la final.
Leyendas que pudieron ser más
El Valencia CF de finales de los setenta fue uno de los mejores combinados de la historia del club. Liderados por Kempes, mito de la afición, lograron una Copa del Rey, una Recopa y una Supercopa. Sin embargo, en Liga nunca consiguieron nada destacable. "Lo hemos comentado bastante hablando con compañeros, con Arias, con Kempes, con Tendillo o Saura. A veces en Liga nos conformábamos con hacer buenos partidos contra Madrid, Barcelona y Atlético y después contra equipos a priori más débiles no lo dábamos todo. O a lo mejor en casa éramos más fuertes y fuera nos costaba", reconocía Subirats.
Aunque hizo méritos de sobra para ir convocado con la selección española, las puertas del combinado nacional permanecieron cerradas para Subirats. Esta no era una situación atípica. En el fútbol de los ochenta era difícil vestir la camiseta de España sin jugar en Madrid, Barcelona o País Vasco, los amistosos eran menos numerosos y grandes futbolistas se quedaron sin debutar: "Recuerdo a grandes jugadores con poca notoriedad como Arias o Solsona, que fue pocas veces. No tuvieron mucha continuidad en la selección. No pude llegar a la absoluta, antes sí que era más complicado. Me queda eso en mi carrera, pero estoy muy contento con mi trayectoria".
Héroes en el infierno
Después de los triunfos europeos, los ochenta se vislumbraban como una época de gloria. El Mundial de España de 1982 y las reformas del Luis Casanova mermaron la economía del club. El nivel de la plantilla disminuyó, futbolistas que luego fueron estrellas eran demasiado jóvenes y el club se asomó al precipicio: "Estábamos avisados desde el gol de Tendillo contra el Madrid. El equipo tenía problemas económicos y cada vez estaba más débil a nivel deportivo, aunque cuando se desciende no teníamos un equipo para bajar. Ese momento se vivió muy mal, era difícil hasta salir a la calle porque todos te preguntaban cómo era posible".
Finalmente el Valencia CF bajó a Segunda, pero fueron muchos los que decidieron quedarse. Para Javier Subirats fue una deuda pendiente: "No quise abandonar el club porque tenía una espinita clavada. En mi parte alícuota me sentía responsable de ese descenso y quería devolver al Valencia CF al lugar que nunca tendría que haber abandonado. Eso fue lo que ocurrió, tuve que bajarme bastante la ficha por quedarme, aunque al subir se me volvió a aumentar". Vivió éxitos europeos, se despidió en 1990 comos subcampeón de Liga y también vivió el descenso y posterior ascenso; aun así Subirats lo tiene claro: "Siempre llega un momento que te tienes que retirar, pero fue un sueño poder jugar en el equipo de mi tierra prácticamente trece temporadas".