No matemos al comandante

José Luis Morales Nogales. Ese es el nombre del capitán del Levante UD. Ese es el hombre al que muchos han dado por muerto, y ese es el hombre al que, a sus 32 años, sigue y seguirá liderando al conjunto granota mientras quiera, por que poder, ha demostrado que puede y con creces.
Nunca ha bajado los brazos, y los goles en este tramo final de temporada, son un claro ejemplo de que el esfuerzo tiene premio. Es cierto sin embargo, que el altísimo nivel que demostró la pasada campaña, hace que todo lo que no sea estar ahí, sea ser mayor, no estar físicamente a tono, o incluso, estar para colgar las botas.

Lo bien es cierto, es que el Morales de esta campaña, mejora en mucho al Morales de sus 4 temporadas anteriores a la pasada, en las que era una pieza fundamental en el equipo titular, siéndolo ahora también para Paco López, que tiene en el capitán a su hombre de confianza sobre el terreno de juego.
Ojalá pudiese terminar el curso en un Ciutat lleno, para sentir el calor de su gente, que lo merece y lo necesita. No matemos al comandante, porqué no sólo tiene mucho fútbol por delante, si no que ha rechazado ofertas millonarias, para que lo podamos seguir disfrutando aquí, el es ya de hecho, un valenciano más.
Uno más de los que quiere ver el estadio terminado, y saltar al césped de un renovadísimo ciutat, que dista mucho del que pisó por primera vez, con unas butacas corroídas por el sol y unos vomitorios pintados de amarillo que lo convertían en uno de los campos más feos de primera división.

Por suerte, con Quico Catalán a la cabeza, hasta en eso hemos ganado. Mejor
equipo, mejor estadio y lo que es más importante, mejor proyecto.
Como escribió Arnau Segura hace unos años, Morales, representa “la clase humilde del balompié español, la que conforman aquellos futbolistas que dignifican este bello deporte, aquellos que lo humanizan” y esos son los valores que transmite el Levante y que encuentran en su capitán al ejemplo a seguir.
Le costó llegar a ser una de las referencias de primera división. Campos de tierra, heridas en las piernas y muchos kilómetros, hasta bien entrada la veintena, que lo trajeron a un Atlético Levante dónde era el padre de aquel vestuario, del que salió rumbo a Eibar para volver siendo el futbolista que hoy conocemos.
Con su Levante salvado y mirando con orgullo hacia Europa, aunque la quimera es casi imposible, Morales es el líder el Levante que por fin parece asentarse en Primera División.

Gracias por tanto comandante.