101 años después de que Algirós recaudara 23 céntimos
El desaparecido Campo de Algirós, donde todo comenzó, celebra este día en que 101 años de su inauguración oficial. En el día que el Valencia CF se juega tres puntos de oro para salir del pozo en Eibar, de su primer hogar ya desaparecido y olvidado por buena parte del valencianismo, sólo queda el recuerdo gracias a una placa instalada hace nueve meses por iniciativa del Colectivo Últimes Vesprades a Mestalla que rindió su particular homenaje al recinto, situado en la calle Edmundo Casañ, relativamente cerca del estadio de Mestalla. El Camp de l'Algirós fue el campo donde el conjunto valencianista dio sus primeros pasos como local. Allí estuvo durante casi cuatro años hasta que la afluencia de aficionados creció y fue necesario un recinto mucho mayor para albergar a todos ellos. Aunque el recinto fue acondicionado en julio de 1919, su inauguración oficial no se produjo hasta el 7 de diciembre de 1919 en un amistoso contra el Castalia de Castellón que sirvió para recaudar 37,50 pesetas (23 céntimos de euro)
El campo de Algirós y los ahorros de una boda
Eugenio Miquel, dueño del solar, alquiló el terreno a los primeros dirigentes del club Augusto Milego y Gonzalo Medina 100 pesetas al mes.. Después, gracias a una donación de 25.000 pesetas del propio Gonzalo Medina que inicialmente estaban destinadas para su boda, el Valencia CF pudo vallar y acondicionar el recinto y disputó el primer partido en su nueva casa el 7 de diciembre de 1919. El equipo invitado fue el Castalia FC y aquella primera terminó en tablas sin goles.
El encuento se disputó a las tres de la tarde de aquel domingo y por parte del equipo valencianista formaron como titulares Pascual Gascó, Nicolás Guerediaín, Julio Gascó, Pepe Llovet, Juan Piñol, José Marín, Vicente Ferré, Gómez Juaneda, Luis Fernández, Eduardo Cubells y Salvador Aliaga.
Al día siguiente, 8 de diciembre, se repitió el choque con los mismos contendientes y el Valencia ganó por 1-0.
El recinto tenía capacidad para 5.000 aficionados en sus inicios, pero pronto se quedaría pequeño y fue ampliándose hasta los 8.000 personas. Apenas dos años después el club, por aquel entonces llamado Valencia FC ya contaba con 2.500 socios, a los que se sumaba un buen número de aficionados, demostrando que el club arrancó ya con una inusitada pasión inicial en la ciudad.
A partir de este momento, ir a ver al Valencia se convirtió en algo habitual entre los aficionados al balompié en la capital del Turia. El nacimiento de un nuevo equipo generó una gran expectación y acudir a los partidos del Valencia CF en su campo se convirtió en toda una muestra de modernidad en aquella época. Duró poco, eso sí, porque en 1923 el club se marcharía ya a Mestalla, un estadio que teóricamente no iba a cumplir los cien años de vida pero que, dada la inmovilidad con la ATE y el paso al Nuevo Estadio, tiene serias opciones de ser el hogar de la entidad en 1923.