Sin fondo de armario, el cambio de sistema no salva al Valencia
Las baja de Racic dejó al Valencia CF sin ningún medio defensivo en el equipo y, ante la potencia ofensiva del Sevilla FC, Javi Gracia prefirió cambiar el sistema. Wass tuvo que volver al centro del campo y el navarro prefirió reforzar la línea de atrás. De inicio salió con Paulista, Diakhaby y Mangala como centrales y, sin balón, tanto Jason como Gayà completaban la línea de atrás. Sin la posesión, el sistema era todo lo defensivo posible. Al danés y Soler en el centro, se le sumaban Cheryshev y Guedes; Maxi quedaba como único delantero. La estrategia del técnico che era inamovible y ni siquiera la lesión de Paulista en los primeros minutos cambió sus planes. Javi Gracia hizo debutar en LaLiga tras su expulsión en Copa a Guillem Molina.
El Valencia CF volvió a caer derrotado contra el Sevilla FC. Ante las numerosas bajas, Javi Gracia optó por un cambio de sistema con tres centrales. La defensa de cinco tampoco fue la solución, para que los blanquinegros lograsen la victoria y, tras un buen encuentro, los blanquinegros se acercan a la zona de descenso.
Las bandas se llenan de dudas
La lógica diría que tres centrales ayudarían a mejorar el balance defensivo, pero durante varias fases del partido, el Valencia CF se vio totalmente superado por el cuadro hispalense. En el centro del campo el Sevilla FC era superior y podía liberar a Óscar Rodríguez. Además, Julen Lopetegui identificó rápidamente el agujero che: el carril derecho. Jason Remeseiro demostró potencia para subir la banda, pero por su espalda pasaban futbolistas visitantes sin apenas esfuerzo.
Sin grandes ocasiones, el partido fue dominado por el Sevilla FC. Los blanquinegros no eran capaces de crear peligro y buscaron de forma constante los centros laterales. Pero ni con dos futbolistas por banda era suficiente para crear superioridad ni en defensa ni en ataque en estas zonas. Las subidas de los carrileros solo servían para aumentar el hueco atrás.
Los tres centrales dan salida al Valencia CF
Ni la lesión de Paulista en los primeros minutos cambió la idea de juego de Javi Gracia. El navarro dio la alternativa a Guillem Molina, que debutó en Copa y fue expulsado. El canterano demostró estar capacitado para jugar con el primer equipo y fue el más destacado en la línea de tres centrales. Se posicionó como zaguero derecho y defendió las situaciones más complicadas. Lopetegui volcó el ataque de su equipo en dicha banda, tras ver cómo Jason no era capaz de proteger su espalda y, pese a ello, Molina fue decisivo.
Guillem Molina demostró velocidad para ir al corte, evitó más de una ocasión clara del Sevilla FC y, además, facilitó la salida de balón del equipo. Una ventaja de los tres centrales es la creación de una superioridad, para sobreponerse a la primera presión rival. Ayudados por los carrileros y por el medio del campo, el Valencia CF encontraba continuamente un hombre libre, para sacar el balón. Ahí el canterano fue clave: no solo no perdía el esférico, sino que con sus pases superaba líneas. Una vez se llegaba hasta la medular las ideas se apagaban para los ches. La cara opuesta fue Mangala. El galo, lejos de aprovechar la superioridad numérica en la primera línea, se relajó, retuvo demasiado el balón y a punto estuvo de protagonizar más de una pérdida que habría costado muy cara a los de Gracia.
La necesidad cambia la línea de atrás
Primero fue Paulista, pero con el paso de los minutos Javi Gracia se vio obligado a cambiar las piezas de su defensa de cinco. Gayà, que tuvo que forzar para llegar al Camp Nou, se resintió de los isquiotibiales y fue sustituido por Álex Blanco. En la otra banda, la necesidad de buscar los tres puntos provocó que que el navarro moviera el árbol. Cheryshev, que no estuvo acertado, dejó su hueco para que lo ocupara Yunus Musah. Con el resultado en contra, el equipo abandonó los tres centrales y sumó a Vallejo por Mangala al equipo.