Ganar en Ipurúa, otro reto desbloqueado

El Levante UD ganó a la SD Eibar este sábado en el encuentro correspondiente a la jornada 30 de LaLiga Santander disputado en Ipurúa. Los granotas fueron mejores en un partido no especialmente brillante por parte de ninguno de los dos conjuntos, pero un buen planteamiento y un destello de calidad en ataque poco antes del descanso fueron suficientes para que los de Paco López sumaran tres puntos de oro tras dos derrotas consecutivas. Por primera vez el Levante ganaba en un campo que, hasta la fecha, había sido maldito para los granotas. Triunfo histórico por tanto.

De inicio, con  brazalete negro en memoria de Antonio Calpe, Paco López introdujo cuatro cambios en el once titular y sacó toda su artillería para tratar de asaltar un fortín que históricamente se le resiste. El técnico de Silla recuperó el 1-4-4-2 y se dispuso a aguantar la presión adelantada de un Éibar desesperado, colista y que buscaba a los granotas en su área.

El choque se jugaba con intensidad pero sin ocasiones claras. La defensa granota no sufría y el equipo apenas pudo lanzar alguna contra peligrosa en los primeros 20 minutos de juego. Lo más destacable, por negativo para los levantinistas, es que en un lance del juego Pape Diop chocó contra Radoja y dejó a Paco López sin su mediocentro titular. Malsa, apercibido, tuvo que salir pero es que al Levante los creadores este año le duran sanos lo justito. Y si no que se lo preg

Como el Levante en ataque no terminaba de combinar y hacer daño, el Éibar empezó a acumular llegadas al filo de la media hora de juego. Cierto que eran sin excesivo peligro, sin apenas generar trabajo para Aitor, pero tampoco era una situación cómoda para los levantinistas. Así nació la aproximación más peligrosa. Bardhi, mediocentro se equivocó en la entrega e Inui se lanzó en pos del área granota. Por fortuna, Malsa evitó que el centro llegara a las botas de Sergi Enrich, preparado con la caña.

De Frutos la revienta en el último suspiro

La respuesta llegó también tras un error. En esta ocasión del central armero Sergio Álvarez, que permitió que Morales tuviera una gran oportunidad para marcar. El comandante, que volvía a la que fue su casa, no se atrevió a rematar con la izquierda y tiró fuera. Fue el preludio del gol. Y es que, en la jugada siguiente, Clerc aprovechó un gran balón en profundidad para poner el centro atrás dónde Jorge De Frutos, llegando desde atrás, la empaló con la izquierda estableciendo el 0-1 en el último suspiro de la primera mitad. La pegada del Levante fue clave.

El Levante siguió cómodo en el arranque de la segunda entrega. Mendilibar había cambiado el sistema de nuevo, pero los granotas no sufrían y empezaron a encontrarse cada vez más con más posesión y mejor posición sobre el campo. En el 53 Dani Gómez transformaría ese dominio en un buen lanzamiento que se fue desviado por poco. Yoel Robles, titular después de la lesión de Dmitrovic en el calentamiento, sólo pudo mirarla.

Más necesitado, el Éibar se estiró en pos de un empate a la hora de partido. La situación era ideal para que el Levante rematara la victoria a la contra. Para ello necesitaba frescura pero Paco López prefirió reforzarse en la medular. Así, sacó a Rochina y a Doukouré pero sorprendió que los sustituidos fuera los dos máximos goleadores del equipo: Morales y Roger.

Pozo, tras una jugada individual en el 68, probó los reflejos de un Aitor Fernández muy seguro. Pero era poco el bagaje vasco y su técnico volvió a mover sus filas. Colistas y perdiendo, nada les valía. Pero es que tampoco habían mostrado apenas argumentos que les hicieran merecedores de igualar la contienda. El Levante estaba mucho mejor plantado y el que más cerca tenía el gol.

Paco López cierra el partido

Aún haría un doble cambio más Paco López para amarrar los preciados tres puntos. Sergio León y Vezo entraron por el goleador De Frutos y por Dani Gómez. Además, el técnico puso en liza a tres centrales para que nada se le escapara. Quedaban ocho minutos y el Éibar apenas opuso resistencia. Un postrer remate de Kike García fue el su único bagaje. Pero eso no basta. A este Levante serio y ordenado hay que apretarle mucho más para ganarle. Tres puntos de oro para no sufrir, para cortar definitivamente una racha negativa de dos derrotas y para asaltar un campo dónde nunca había ganado el Levante. Otro reto desbloqueado: ganar en Ipurúa.