La confesión de Benítez sobre su llegada al Valencia CF: "Era imposible de rechazar"

Para la sorpresa de muchos, Rafa Benítez llegó al Valencia CF en el verano de 2001. Apuesta personal de Javier Subirats, secretario técnico del club por aquel entonces, fue el sustituto de Héctor Cúper, que venía de dos finales consecutivas en la UEFA Champions League. El madrileño acababa de ascender con el CD Tenerife a LaLiga y fue el primero que no se creía la oferta: “La oferta del Valencia era imposible de rechazar. A pesar de lo bien que estaba en la isla, si te llega un equipo del nivel del Valencia, siendo yo un entrenador joven y con ganas de competir por títulos, no puedes decir que no". Estas declaraciones las recoge el periodista Manoj Daswani en su libro 1922, es más que fútbol, que recuerda parte de la historia y anécdotas del CD Tenerife.

Benítez lo tuvo claro en su momento: "Recuerdo que cuando mi agente me preguntó cuánto quería ganar le dije que no me importaba, lo que quería era tener la posibilidad de ganar. En ese momento no sabía lo que vendría después, pero fui a Valencia CF con mucha ilusión".

Su historia en el Valencia CF la escribió en las tres temporadas siguientes. Dos ligas y una Copa de la UEFA que le metieron de lleno entre los mejores entrenadores de la historia del club de Mestalla.

¿Un posible regreso?

Su andadura dorada por la capital del Túria no ha hecho más que hacer que haya continuos rumores de su vuelta. De ello, habló en Onda Cero en febrero de este mismo año: "Hubo rumores de mi regreso, pero para volver al Valencia CF se tienen que dar unas circunstancias. La propiedad tiene que darte unos medios acordes a los objetivos. Si no inviertes, no tiene sentido. Cuanto más tiempo te dan mejor pero depende de los medios que te den y del tiempo que te den para conseguir esos objetivos, si son objetivos inalcanzables, es imposible".

Añadió que "a mí que me gusta poner ejemplos como el de sofás y lámparas, pues si hablamos de coches dependerá del coche que me des que pueda cumplir. Nosotros en Liverpool con menos dinero que otros, sabíamos que podíamos competir en un circuito con muchas curvas porque cuando llegaban las rectas el dinero se veía".