Tiempo de pecado, penitencia, purgatorio y lejana esperanza en la resurrección en el Valencia CF
Es tiempo de reflexión para los cristianos -y uno que lo es- siempre aspira a vivir la resurrección y gozar de la felicidad eterna. Sin tomar el nombre de Dios en vano, me vale como símil para definir el triste presente que vivimos todos aquellos que amamos en el Valencia CF. La analogía es total aunque uno escriba desde el disgusto de la derrota en Almería más que con la alegría de la pascua de resurrección.
El valencianismo vive, paga y sufre hoy los pecados de su pasado. La mala gestión previa culminada por Juan Soler y los cantos de sirena posteriores de Amadeo Salvo y Aurelio Martínez forzaron a que el club desembocara en una venta contra natura a Peter Lim para evitar el concurso de acreedores (que además de reventar al club habría perjudicado por encima de todos a Bankia, hoy Caixabank).
Por eso hoy vivimos y sufrimos la penitencia de aquellos errores. Nuestro purgatorio semanal tiene forma de estadio parado, de equipo empequeñecido y flirteando seriamente con el descenso, y club económicamente casi igual de arruinado que cuando se vendió. El partido de Almería es la prueba evidente de lo que ha hecho el Valencia CF con Peter Lim al mando: un equipo pequeño, atemorizado, plagado de cedidos y que al primer revés se cae.+
Pero como cristiano que uno es, nadie puede quitarme la fe, la esperanza en la resurrección. Aunque ahora no vea el camino, estoy seguro que a medio o largo plazo la pena llamada Peter Lim dará paso a un horizonte (confío) más alentador. No será, creo yo, antes de 2026 cuando concluye la quita de Caixabank por la deuda y tampoco antes de que el asunto del Nuevo Estadio esté resuelto. Lim vino, puso, se ilusionó, especuló, y ahora tengo la sensación de que para él, el Valencia es un juguete en desuso, abandonado, roto, que no quiere. Pero tampoco veo que se vaya a marchar así, sin más, sin cobrar lo suyo, sin rentabilizar su inversión y eso pasa necesariamente por sanear el Valencia CF para convertirlo en un bien apetecible para otros inversores.
Es, en todo caso, una cuestión de fe (creer en lo que no ves) pero es que la fe mueve montañas. Y si no, que se lo digan al medio millar de valencianistas que celebraron la pascua en Almería para llevar en volandas a su/nuestro querido Valencia CF. Feliz semana.
David Torres
Delegado de ElDesmarque en València