¿Quién es, realmente, Sergio Marcos González?

Todo hace indicar que Álvaro Rubio no seguirá en el Real Valladolid. Tras diez años en el Estadio José Zorrilla el riojano parece que tiene que hacer las maletas. La llegada de Sergio Marcos González (Sacedón, 03/02/1992) parece cerrarle las puertas. El tercer centrocampista del primer equipo, en el que habría que añadir a Anuar Tuhami, llega al Pucela para las tres próximas temporadas. Tras romper su contrato con el Villarreal CF y estrenarse como blanquivioleta en un entrenamiento antes de que se hiciera oficial su fichaje, el alcarreño comienza una etapa muy importante en su carrera deportiva.

 
Este centrocampista de clara vocación ofensiva parece haberse estancado en su potencial. Señalado como uno de los grandes activos de la cantera del Atlético de Madrid cuando en 2012 firmó por el Villlarreal, su debut con el primer equipo amarillo hacía que la cesión al CD Lugo fuera la primera gran exigencia del jugador. Pese a dejar un buen sabor de boca en el Estadio Ángel Carro, este zurdo no consiguió en su primer año en un equipo profesional marcar las diferencias que se esperaban de su juego. La marcha de Luis Milla del equipo gallego le rompió parte de sus opciones. Ahora en Valladolid tendrá un proyecto a largo plazo sobre el que responder.

Precoz colchonero

El talento no entiende de edades y el Atlético de Madrid apostó por él hace varias temporadas. Viendo que en su equipo cadete tenía a un jugador diferencial le fue dando la oportunidad de ir uno o dos pasos por delante del resto de jugadores de su edad. Siendo juvenil de primer año, su sitio estaba en el Juvenil A. Los dos años siguientes, su lugar estaba en el filial. Era precoz y el fútbol europeo lo tenía controlado. Con solo 16 años dijo "no" a ofertas poderosas del Chelsea FC y del Arsenal FC. Se quería quedar en casa para quemar sus últimas fases de crecimiento en el club del Manzanares.
Tanto fue su ímpetu inicial de seguir en el Vicente Calderón que con 19 años ya había disputado 87 encuentros en Segunda División B. La apuesta colchonera por él era alta. Tenía un peso y una relevancia en el filial madrileño. Tanto que 50 de esos partidos fueron de titular. El tiempo pasaba y el jugador, precoz en el filial, no tenía el salto al primer equipo. Como en el caso de Ibán Salvador, nuevo compañero de equipo, Sergio quería dar un bocado más de ambición.
No lo consiguió. No tuvo el apoyo necesario en su casa y el jugador no dudó en hacer las maletas. Su salida del Atlético de Madrid estuvo llena de polémica. En su momento él no se quiso marchar del club pero diferentes circunstancias le dejaron fuera del filial y, obviamente, del posible salto al primer equipo. No tardaría en encontrar equipo.

De Villarreal a Lugo

Si opciones rojiblancas, el Villarreal estuvo listo y se hizo con sus servicios. Le firmó en el 2012 en una fuerte apuesta de regeneración de un filial amarillo recién descendido. Él no tardó en hacerse con un hueco en el equipo ni con el brazalete de capitán. Era un jugador diferencial que el primer equipo nunca perdió de vista. Marcelino García Toral le analizaba con frecuencia y le citaba de una forma asidua en los entrenamientos de su equipo. Le gustaba y no tenía dudas de que algún día apostaría por él. Tras 84 encuentros con el filial y 171 en Segunda División B, el futbolista tuvo su gran oportunidad.
El 15 de febrero de 2015 debutaba en el primer equipo castellonense. Pese a perder (2-0) ante el Rayo Vallecano, el segundo mes del pasado año es inolvidable para el de Sacedón. El nuevo jugador blanquivioleta encontró su oportunidad. 482 minutos, repartidos en siete encuentros casi consecutivos, mostraron al fútbol español el potencial del nuevo centrocampista el proyecto de Paco Herrera. Un gran desparpajo y calidad para decidir en el campo rival destacan en un jugador que tenía que dar un salto más. Con esos más de 150 partidos en la categoría de bronce, necesitaba algo más. Ese saltito se lo ofreció el Lugo.
El proyecto de hace un año de Luis Milla necesitaba calidad, como ahora el Pucela. Se fijaron en él y le firmaron una cesión. El éxito y apoyo inicial fue perdiendo fuerza durante la temporada. El avance del pasado campeonato no jugó en favor del alcarreño. Perdió protagonismo y minutos. La cesión terminó con un rol secundario de un talentoso futbolista que, por ejemplo, solo disputó 161 minutos en las últimas cinco jornadas. Conociendo la categoría, Sergio Marcos llega en propiedad ahora a Zorrilla. Tres campañas en el horizonte para consagrarse y hacerse un hombre fuerte en el futuro del Real Valladolid.