Mucho más que un entrenador en Girona

Tras la última final de la Champions League se ha escuchando mucho la frase de que "se le debe una al Atlético de Madrid". La forma en la que ha perdido dos títulos europeos en los últimos tres años le hace estar señalado para llevarse la gloria en un futuro no muy lejano. Igual que él pero en otro ámbito está el Girona FC. Al equipo catalán, que este sábado visitará el Estadio José Zorrilla, se le debe una. Tras vivir dos play-off y una pelea por el ascenso directo hasta el último segundo, los catalanes se han ganado llegar a la élite. Ellos y por encima del resto, su entrenador. 

 
Pablo Machín, expreparador del CD Numancia, es mucho más que un entrenador en el entorno de Montilivi. Llegado al club cuando la Segunda División B apretaba y mucho, el míster solventó la papeleta del descenso en sus primeros meses en Cataluña para, después, acumular victorias y éxitos que han llevado al equipo a pelear por el ascenso de categoría en las dos siguientes campañas. Ahora, con la que muchos ven la mejor plantilla de la historia del equipo catalán, Machín luchará por conseguir ese objetivo que se le ha escapado en dos ocasiones. "A la tercera va la vencida" se dice en muchos aspectos de la vida y tanto el Atlético de Madrid como el Girona esperan que se cumpla a lo largo de este año.

Reconstrucción

Lo único negativo de las buenas temporadas firmadas por el club catalán en estos dos últimos años ha sido la exposición del equipo y de sus jugadores. Futbolistas como Isaac Becerra o Jaime Mata, llegados a Valladolid, o Florian Lejeune, firmado por la SD Eibar por más de un millón de euros, cerraron una etapa este verano. Tras rozar el éxito en dos ocasiones y con muchas heridas aún abiertas apostaron por probar suerte en otro lugar. Fueron los últimos en cambiar de aires pero no los primeros. Esos últimos cambios dejaron mal parado al club. 
Como en los últimos años, ante tanta variación, salió victorioso. Pese a perder al 'Zamora' del pasado campeonato, Saúl García, Cristian 'Portu', Samuele Longo, Juanpe Ramírez o Yassine Bono firmaron por un equipo que deja huella en sus jugadores. Tanto el entrenador como el momento que vive el club deja heridas abiertas que no se cierran hasta volver para luchar por aquello que quedó en el aire. Así, esta temporada y tras la pérdida de grandes activos, el club ha recuperado a Fran Sandaza, Jonás Ramalho y Miguel Ángel Cifuentes para conformar una plantilla de calidad y lucha que, como demostró en el primer encuentro de la temporada, no va a dar su brazo a torcer. No lo ha dado nunca con Pablo Machín y menos ahora. 

Sin victorias en Zorrilla

En el siguiente objetivo de este equipo que ya mira al ascenso sin dudas ni miedos está ganar en Zorrilla, un puerto que nunca ha conseguido 'atracar' el entrenador soriano. En cuatro visitas como entrenador, tres con el Girona y una con el Numancia, Machín solo obtuvo, positivamente, un empate (0-0) la pasada temporada. En un momento de agonía total para el Real Valladolid, el entrenador rascó un punto en su objetivo por ascender. Ahora, con toda la temporada en el horizonte, Machín buscará quitarse una espina que tiene en su magnífico currículum como entrenador del Girona, una ciudad que ya lo ve como mucho más que un entrenador. Ya es uno más de ellos.