Cristian Espinoza, como agua de mayo
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Vestuario: "Creyentes y sufridores con derecho a soñar"
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Minutos de juego: "Más Cristian Espinoza que Dejan Drazic"
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Estabilidad: "Cuatro jornadas consecutivas con el mismo once"
De tocar fondo en el Ramón Sánchez Pizjuán, a rozar con los dedos el cielo del play off. El Real Valladolid ha sumado 14 de los últimos 18 puntos en juego desde la derrota 2-6 ante el filial sevillista, día en el que Cristian Espinoza saltó al terreno de juego para disputar los últimos cinco minutos. Tiempo insuficiente para demostrar nada y mucho menos para obrar el milagro en una tarde aciaga en suelo andaluz, pero un pequeño primer paso para revolucionar al conjunto de Paco Herrera en las semanas venideras. El argentino ha llegado como agua de mayo y con él de titular, el Pucela no conoce la derrota.
Precisamente allí, en Sevilla, fue donde Juan Villar perdió la silla... y su sitio en el once titular. El onubense, salpicado además por la polémica entre las palabras de sus familiares y la parroquia pucelana, pasó de ser un fijo en el esquema de Paco Herrera al más absoluto ostracismo en el banquillo. Y se erigió la figura de Cristian Espinoza, jugador al que descartó un Real Oviedo que está prácticamente sin opciones de play off, como las alas de este Real Valladolid. Desde ese día, la entidad vallisoletana ha sumado cuatro victorias (Elche, Almería, Mallorca y Getafe) y dos empates (Numancia y Mirandés). Es decir, con el de Buenos Aires saliendo de partido, los blanquivioleta no conocen la derrota y ha firmado un gran mes a nivel individual con aportación al colectivo.
Así, la mejor racha de la temporada y el hecho de que el Real Valladolid sea el equipo más en forma de toda la categoría, no es casualidad. El cambio de actitud de la plantilla tras la debacle en el Ramón Sánchez Pizjuán, sumado a la aportación de Cristian Espinoza y lo que ha supuesto para el resto de componentes del puzle de Paco Herrera, que finalmente ha dado con la tecla, han permitido que los vallisoletanos acaricien el play off en este tramo final de temporada y lleguen con una dinámica inmejorable para jugarse sus opciones de promoción. Mientras al resto de rivales directos se les está haciendo larga la campaña, el argentino ha llegado a Valladolid como agua de mayo para lograr el objetivo y hacer creer a Zorrilla, al equipo y al entrenador y al presidente.