El Granada, casi 500 días sin vencer fuera de casa

La racha negativa que atraviesa el Granada CF en los últimos meses va camino de ser histórica. Los seis meses que encadena el equipo sin conocer la victoria en partido oficial no es el peor dato en cuanto a su estado de forma. Lejos del Nuevo Estadio de Los Cármenes, la sangría es aún más terrible, ya que el cuadro andaluz acumula casi 500 días, 494 para ser más concretos, sin conseguir una victoria a domicilio, lo cual implica toda la pasada campaña sin un sólo triunfo lejos de casa antes de visitar el Nuevo José Zorrilla este sábado a las 16.00 horas.

El último estadio que asaltó el Granada fue, nada más y nada menos, que el Ramón Sánchez Pizjuán de Sevilla el 7 de mayo de 2016. El resultado final fue 1-4 en el campo hispalense, lo cual permitió a los nazaríes sellar su permanencia una campaña más en la élite del balompié nacional. Si bien es cierto que el cuadro sevillista estaba formado por jugadores de rotación, ya que habían conseguido sus objetivos ligueros y la Europa League condicionó aquella alineación, no deja de ser impactante que prácticamente 500 días y 23 encuentros después, la entidad que hoy en día dirige José Luis Oltra, no haya sido capaz de vencer lejos de su gente.
Desde aquella victoria, hasta seis entrenadores distintos han pasado por el banquillo nazarí con la misma suerte a domicilio: José González, Paco Jémez, Luis Planagumá, Lucas Alcaraz, Tony Adams y, el entrenador a día de hoy, José Luis Oltra. El puesto de míster, sin embargo, no ha sido el único que se ha visto afectado en el último año y medio, sino que ni el presidente ni el máximo accionista de aquel Granada continúan al mando de la entidad. Ginno Pozzo, ahora relacionado con el Real Valladolid, y Quique Pina, respectivamente, fueron reemplazados por un John Jiang que ha llevado a cabo una reestructuración a todos los niveles. Sin embargo, y hasta ahora, el cambio de rumbo no ha conseguido el efecto deseado y este fin de semana, en Zorrilla, tendrán una nueva oportunidad de resarcirse y evitar que lleguen los nervios al seno del club andaluz.