Cruel final para el Promesas
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El Promesas remontó (2-1) la pasada jornada y pudo respirar
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Derrota en un campo que no le trae muy buenos recuerdos al filial
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Tani Marcellán deja el Promesas un año después de su llegada
Otra vez en los instantes finales, otra vez con una crueldad innecesaria. El Real Valladolid Promesas estuvo cerca, muy cerca, de rozar la machada en la cancha del segundo clasificado, el Atlético de Madrid B. Los de Miguel Rivera, de hecho, se adelantaron el minuto 37 tras un penalti cometido sobre Carrascal y transformado por David Mayoral. Pero nada más comenzar la segunda mitad, Corral veía la tarjeta roja directa y la fortaleza del filial se derrumbaba. Arona empataba en el 68 y Toni Moya sentenciaba en el 87, cuando el punto en la Ciudad Deportiva Wanda parecía bueno después de resistir con 10.
Sin achantarse por jugar en la cancha del segundo de la liga, el filial pucelano salió con descaro al terreno de juego, bien plantado en defensa y alegre a la hora de generar peligro. Fruto de ello fue el penalti cometido sobre Carrascal en el minuto 37 y materializado por David Mayoral desde los 11 metros. El tanto hacía justicia a las ocasiones que estaba generando el Promesas hasta el momento y hacía saltar la sorpresa, al menos de forma momentánea, en la Ciudad Deportiva Wanda.
Pero la película cambió tras el paso por vestuarios. Y para mal. Como viene siendo habitual esta campaña, el desenlace final tenía reservada una crueldad desmedida con el filial pucelano. En el minuto 50, el guion dio un giro de los acontecimientos y Corral vio la roja directa, por lo que el Real Valladolid B se quedaba con 10. Tocaba sufrir para sacar algo positivo ante uno de los poderosos de la categoría que, poco después, asestó un mazazo a los de Miguel Rivera por medio de Arona, en el 68, que puso las tablas.
Los visitantes no firmaron tan pronto su capitulación y cerca estuvieron de certificar una actuación heroica, pero Luis Suárez no estuvo acertado de cara a portería en el minuto 70 y una gran acción de Sanromán, meta rojiblanco, evitaba el gol. El esfuerzo de jugar con uno menos empezó a pasar facturar a los vallisoletanos y los locales, no contentos con el empate, se vinieron arriba en busca de los tres puntos que finalmente llegaron al filo del pitido final, en el minuto 87, tras un error defensivo que aprovechó Tony Moya para sentenciar el encuentro de forma cruel para un Promesas abocado a sufrir desenlaces de este tipo.