Insuficiente solidez

Tras ganar en Barcelona, en aquel cambio de estilo que quiso implantar Luis César Sampedro, el protagonista siguió siendo Jaime Mata. En un fútbol o en otro, el '9' blanquivioleta es la referencia del Real Valladolid. El jugador sostiene cualquier formato por su gran estado de forma. Con el que es, hasta el momento, su último gol de la temporada, el madrileño mantuvo la solidez pucelana e hizo viable la nueva manta con la que trabaja el equipo pucelano. En esa idea de estar bien armado y bien situado en su terreno de juego, Mata hizo grande a un Pucela que desde entonces no ha encajado pero que en el Estadio Heliodoro Rodriguez López no supo estirar la manta cuando lo necesitó.

 
Con el partido en un punto muy similar al vivido en el Mini Estadi, el duelo pedía un plus ofensivo del Real Valladolid. Los pucelanos debían dar un paso al frente y asumir ciertos riesgos. Tristemente, no llegaron porque el equipo no fue capaz. Acudir al partido con el bagaje ofensivo de jugadores jóvenes y de inexperiencia como David Mayoral y Chris Ramos limitó a un Pucela que tuvo que jugar el tramo final del partido sin una referencia en el área por los constantes movimientos de Toni Villa, jugador más adelantado desde su entrada al terreno de juego.
Esa poca mordiente pucelana, que le llevó a generar peligro sólo cuando el juego estaba detenido, como en el gol de Javi Moyano y en el balón al palo de Pablo Hervías, hace insuficiente la fortaleza defensiva que ha ganado el Real Valladolid en esta segunda vuelta. Desde el cambio de estilo en Barcelona, el Real Valladolid no ha encajado un gol. Suma 271 minutos sin recibir un tanto. Desde el gol de Kike Barja en la derrota (4-2) en Pamplona, el Pucela no recibe un gol. Algo más de tres partidos con una solidez que en Tenerife no fue suficiente.