Míchel, contigo empezó todo
Qué difícil es resumir en una palabra la temporada 2017/2018 de Míchel Herrero. Tras un primer año en el Real Valladolid en el que el '21' fue decisivo en todas las facetas, Luis César Sampedro rebajó la importancia del jugador valenciano. Alternándole su protagonismo, el gallego llegó a no contar con el centrocampista durante meses para, antes de ser destituido, devolverle a la titularidad.
Pese a que ha sido con Sergio González con el que ha desplegado su mejor versión, al convertirle éste en centrocampista ofensivo, cuando el barcelonés llegó al Nuevo Estadio José Zorrilla, Míchel ya estaba de vuelta en las propuestas pucelanas.
Pese a verlo, de nuevo, asentado en el once, la versión que Míchel mostró hasta el cambio de entrenador nada tuvo que ver con su peso, liderazgo y rendimiento en los últimos dos meses y medio de competición liguera. En ellos ha arrasado.
En esas ocho jornadas más play off, Míchel Herrero ha sido el indiscutible faro del juego pucelano. Con él cambió todo, sobre él giró todo el juego blanquivioleta y desde él se ha podido conformar un Pucela que, casi inesperadamente, es de oro.
Muy pocos creían en que el equipo podría llegar al play off y, posiblemente, nadie creía en el ascenso pucelano. Era una idea impopular, como la que hacía de Míchel casi un jugador residual. Nadie confiaba en su relevancia final. Tanto fue así que se le llegó a ver fuera del Nuevo Estadio José Zorrilla en el mercado invernal.
En la puerta de salida
Por diferentes motivos el jugador no salió de Valladolid y, ahora, todos lo celebran. Con su 'fichaje' en el mes de enero, el Pucela 'firmó' al mejor lector de juego que podía tener. Dominó los partidos, el balón, el juego y el sueño. Con él y su fútbol el mundo blanquivioleta comenzó a creer en el ascenso. Desde su juego, lo imposible se hizo realidad y el Real Valladolid subió a Primera División.
Nota - 8 (Notable)
Pese a sus altibajos de juego y rendimiento e, incluso, tras el ostrascismo vivido en un fase muy importante de la temporada, nadie puede imaginar el ascenso del Real Valladolid sin el peso y el liderazgo de juego de Míchel Herrero. Por todas esas sumas al juego del equipo, el '21' vallisoletano cierra su segunda temporada de blanquivioleta con un merecido notable.