El Pucela se aferra a su sueño

El Girona FC visitaba al Real Valladolid y las medias tintas quedaban muy lejos del Nuevo Estadio José Zorrilla. La exigencia era total para ambos equipos pero, posiblemente, un punto más para el equipo de Sergio González. Sin ser el empate un resultado beneficioso para ambos, los de Eusebio Sacristán firmarían mucho antes las tablas que los locales.

Cualquier resultado que no fuese la victoria dejaría muy tocado al Real Valladolid y es por ello que, este partido, en lo que al resultado se refiere es muy positivo. Muchísimo, Ante un rival tan exigido como el Pucela, un gol de Míchel Herrero, tras una gran acción de Waldo Rubio y Enes Ünal, hace creer el Real Valladolid en su objetivo: la salvación en Primera división.

Miedo. Mucho miedo

Exigido y consciente de la propuesta rival, el Real Valladolid arrancó el partido dominando el partido. Con un cierto control mayor sobre las áreas, destacando el regreso de Jordi Masip a la portería, los pucelanos quisieron dar un plus desde el inicio. Fueron mejores en la primera parte pero se quedaron sólo con la sensación.

Sin contundencia ni acierto ofensivo, el mayor peligro del Real Valladolid fue a balón parado. Saque de esquina tras saque de esquina que no generaba mucho peligro sobre la meta de Bono. Así, y con el paso de los minutos de la primera parte, el equipo blanquivioleta pedía un respiro. Ante un Girona FC totalmente replegado, los pucelanos querían los espacios.

Con una versión más replegada, la propuesta de Sergio cambió a potenciar el juego interior de los extremos. Con más espacios, transiciones ofensivas y contragolpes, el Real Valladolid buscaría más fuerza. Queriendo golpeos certeros, el plan era claro pero, como el anterior, nulo.

Pese a no encontrar el premio del gol, Sergio no quiso romper con lo establecido y sólo detalló el plan blanquivioleta para reiniciar el partido tras el descanso. Así, el dominio inicial ante un Girona  FC desaparecido e inoperante no surtió efecto y el Pucela juntó ideas. Dominio del balón y plus de verticalidad en el último cuarto de campo que, por fin, surtió efecto.

Una acción interior de Waldo Rubio dejaba la opción a Enes Ünal de asistir a Michel Herrero en la frontal del área. El '21', lleno de calidad en el golpeo, marcaba el gol más importante de la temporada. El valenciano anotaba su primer gol en la temporada en un momento crucial y en un cambio de tendencia del partido.

Sufrimiento controlado

Tras tener el campo inclinado hacia la portería de Bono, el Real Valladolid perdió fuerza y consistencia. El Girona FC, por fin, asumió riesgos e intentó intimidar al Real Valladolid. Lo quiso pero no lo consiguió. Sus intereses en centros laterales y acumulación de jugadores en el área generó incertidumbre y sensación de peligro pero nunca miedo real. Nunca. Los de Eusebio no consiguieron crear ocasiones de peligro y el partido se quedó en Zorrilla.

El tanto de Míchel Herrero resultó determinante en un partido de tensión y miedo de ambos equipos que el Real Valladolid supo proponer, liderar y variar. En cambio, el rival estuvo superado e inerte durante todo el partido. Presos de su racha y propuesta, el Pucela supera al Girona FC en la tabla en un momento crucial de la temporada.