Una gran esperanza

En un alto porcentaje, el vestuario del Real Valladolid ha estado de descanso en los últimos días. El equipo de Sergio González ha estado de permiso hasta este pasado lunes por la tarde. Salvo por los cinco jugadores que se encuentran concentrados con su selección, la plantilla blanquivioleta se ha olvidado en cierta parte del fútbol durante un breve espacio de tiempo.

Han sido unos días para desconectar que Luismi Sánchez ha aprovechado para seguir con su recuperación y para intentar terminar el infierno personal que está viviendo. Si nada se tuerce, el centrocampista andaluz del Real Valladolid está cerca de ver la luz al final del extenso túnel que está viviendo.

La magnitud de lo sufrido es la muestra de cuánto ha llovido y todo lo que ha pasado en el seno del club vallisoletano desde que el ex del Sevilla Atlético disputó sus últimos minutos ligueros de blanquivioleta.

Un largo año y medio

Desde esa participación del jugador en el empate (1-1) ante el Cádiz CF en el Nuevo Estadio José Zorrilla el 28 de abril de 2018, el Club ha conseguido un ascenso y una meritoria salvación en la élite. Todo con el jugador lesionado y sin poder tener ningún tipo de regularidad en el juego.

Desde aquel encuentro, Luismi ha disputado la eliminatoria copera ante el RCD Mallorca. Después de ella recayó de la lesión y ha seguido sumando semanas de lesión. Por ello, y tras confirmar Miguel Ángel Gómez que "en dos semanas estará entrenando con el grupo", el avance del jugador es importante en los últimos días.

Ha comenzado a tocar balón, ha superado importantes fases de su recuperación y ha dado importantes pasos para volver a vestirse de corto en lo que será el final de la etapa más dura y larga de su carrera.