La personalidad de Roque Mesa

El Club, por un lado, y el cuerpo técnico, por otro, tenían muy claro cuál era el nombre con el que se debía reforzar el Real Valladolid el pasado verano para potenciar el centro del campo. Tanto desde una instancia como desde otra se miraba a Roque Mesa como el jugador que daría el punto diferencial y diferente al juego blanquivioleta. Su estilo de juego y su personalidad sobre el terreno de juego eran las credenciales de un jugador por el que se apostó todo y se esperó mucho.

La operación fue larga y tuvo altibajos e, incluso, la entrada de otros equipos en momentos clave, pero las tres partes tenían claro que Roque Mesa debía llegar al Estadio José Zorrilla. Era una operación ventajosa para todos los interesados, pese a que en semanas anteriores se haya podido dudar por la nula participación del '17' con el Real Valladolid.

Con apenas 30 minutos en la dura derrota (0-2) y en el pobre juego del Real Valladolid ante el Deportivo Alavés, los últimos dos encuentros han confirmado por qué el Real Valladolid apostó por Roque Mesa el pasado verano, de la misma forma que el jugador grancanario ha podido ratificar qué tiene su juego para que tanto convenciese al Estadio José Zorrilla.

Suficientes 164 minutos

Necesitando galones, peso y un estilo de combinación, Roque Mesa ofrece juego, liderazgo y personalidad. Los primeros 60 minutos que firmó en el Wanda Metropolitano fueron de un nivel impresionante. Dirigió y lideró al equipo. Con y sin balón. Él se perdió y el equipo se quedó sin respuesta. Elevó la expectativas con su primera titularidad y, ante el CA Osasuna, repitió en el once titular.

Sergio quería personalidad en un encuentro de tanta importancia como el de Osasuna y el '17' formó junto a Rubén Alcaraz. Es cierto que tuvo menos protagonismo con balón y que sus primeros 45 minutos estuvieron al nivel del grupo pero, tan cierto como ello es verdad que Roque Mesa ha hablado con fuerza en estas dos últimas semanas.

El '17' ha confirmado en sus dos primeras titularidades con el Real Valladolid que es ese perfil diferente que el equipo pedía en verano. Con sólo 164 minutos ha ratificado todo lo que puede dar a un equipo carente de su juego, estilo y personalidad.