Un matiz para Pacheta

José Rojo, Pacheta ya ha vivido todos los sabores del fútbol como entrenador del Real Valladolid. El burgalés ya ha empatado, ya ha ganado y ya ha perdido. Ha hecho de todo, pero, tras todos esos partidos, ha tenido un discurso con un claro protagonista y enfoque: la afición. "Van a estar orgullosos de nosotros", ha comentado en múltiples ocasiones.

Tras el último partido, y en una comparecencia más clara y concisa que la ofrecida en Burgos, Pacheta volvió a mandar un mensaje de esperanza y confianza al aficionado. "Estarán orgullosos de nosotros", narró una vez más. "Lo he conseguido en todos los equipos en los que he estado", ha matizado en muchas ocasiones. El burgalés cree en su trabajo y en su convencimiento sobre el entorno, pero, quizás tras los últimos resultados, está empezando a ser consciente del peaje de la última temporada.

No es casual que el entrenador pucelano haya mencionado en sus dos últimas comparecencias la última campaña. El "sufrimiento" de la temporada 2020/2021 está debilitando el trabajo del burgalés, sí, pero hasta cierto punto. Él lo sabía desde un principio, pero, ahora, mínimamente acorralado, lo está anunciando. Ése es un peaje sobre la plantilla, pero, también, sobre ese entorno al que está seguro de convencer.

Heridas abiertas

Pacheta no duda de que el aficionado estará convencido por el grupo y las formas de éste. Esa parte de su discurso la mantiene, aunque, poco a poco, quizás le empieza a costar más hacerlo. Jornada a jornada, pero, sobre todo, derrota a derrota y mal partido a mal partido, el actual cuerpo técnico sabrá que el mundo blanquivioleta no parte de cero esta temporada.

No es cuestión sólo de que exista un vestuario similar al de la campaña pasada y sí es reflejo de un entorno y una unión entre equipo y afición que tiene muchas heridas abiertas. La temporada anterior y el descenso han dejado muchas grietas en el mundo del Pucela y éste es, seguramente, un matiz que Pacheta no sabía que tendría que trabajar o, al menos, no de esta forma.

La exigencia se dispara porque derrotas, partidos e imágenes como las de Burgos y ante el CD Tenerife multiplican y reabren esas innegables heridas que hay con el pasado y que Pacheta esperaba curar antes del inicio, pero que, ahora, parecen ser hasta determinantes, cuando, en realidad, pesan, sí, pero como un matiz. Importante, obviamente, pero como matiz.