La genialidad del 'Poeta', un taconazo para el recuerdo
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Quién haya visto el primer tanto del Celta de Vigo sabrá que poco se puede decir con palabras de la genialidad de la jugada. En las estadísticas aparecerá el gol de John Guidetti, que volvió a cumplir la máxima de que cuando es titular anota, pero en el imaginario colectivo quedará el taconazo de Orellana, pura genialidad.
El Celta se estaba recuperando del agobio al que le había sometido el Valencia, el carrusel de cambios y la entrada de Pape Cheikh habían igualado las fuerzas en el campo. Pero si el Celta quería asentarse en la zona noble de la Liga, la igualdad no valía, había que desequilibrar el partido y ahí aparecieron los cracks del equipo. La jugada la inició un cada vez más entonado Nolito, el de Sanlúcar envió la pelota a Orellana, un pase bombeado en profundidad que encontró la fragilidad de la defensa Che. El chileno se quedaba sólo en el punto de penalti, podría haber controlado la pelota y rematar, pero decidió lo más difícil, lo más bonito, y de primeras lanza un taconazo que deja sólo a Guidetti que la cruza a la perfección ante Ryan.
Este taconazo justifica por si sólo la presencia del chileno en el once, nadie se acordará de sus fallos en la definición con el partido roto, pero sí del taconazo, que el pequeño jugador se inventa con el 0-0 en el marcador, cuando se demuestra la calidad de uno, cuando esa acción si es una genialidad al alcance de muy pocos pies en el planeta fútbol. Otros harán sombreros con un 5-1 pero Orellana se atrevió a lo más difícil cuando el partido estaba igualado. Así es el 'poeta' un genio que hoy abrió el tarro de sus esencias ante el equipo que suspira por su juego.
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