El calvario de Andreu Fontás contando en primera persona
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Andreu Fontás está viviendo un auténtico calvario esta temporada. Su lesión en el tendón de Aquiles lo ha llevado por el camino de la amargura durante muchos meses, pero ahora, tras haberse operado, ve el futuro con optimismo y con ganas. Su mayor ilusión es poder ayudar al Celta la temporada que viene:
"Son muchas veces que te planteas en tu cabeza que vas a estar y vas a poder ayudar y no se cumple y eso es duro" "Ha sido una temporada muy dura, para olvidar. Pero ya solo pensando en que lleguen mejores momentos, que seguro que van a venir. Físicamente estoy bien dentro de lo que cabe. Todo va en el proceso que toca. Ya he dejado las muletas, puedo andar normal hacer vida más o menos normal. Y anímicamente también estoy bien. Han pasado ya los peores momentos y estoy tranquilo y pensando solo en recuperarme y en la temporada que viene", comentó el zaguero celeste este miércoles en rueda de prensa.
"Es una lesión que no te deja ni en la vida normal. Al levantarte por la mañana te cuesta andar para ir al baño. Si estás mucho rato sentado, al levantarte andas cojo. Es bastante molesta, pero ahora estoy mucho mejor. El dolor no tiene nada que ver"Además, el central catalán no dudó en reconocer lo difícil que se le ha hecho todo: "Ha sido bastante duro psicológicamente porque no acabábamos de ver claro lo que era. Parece que no se tenía que alargar tanto, parecía que descansando pudiera llegar dentro de dos o tres partidos a jugar y luego no era así. Paciencia y unos cuantos más y luego tampoco era así. Son muchas veces que te planteas en tu cabeza que vas a estar y vas a poder ayudar y no se cumple y eso es duro. Al final, cuando es una lesión de larga duración y sabemos el tiempo que tienes de baja, te mentalizas porque sabes el tiempo que vas a estar fuera. Aquí no saberlo creo que ha sido lo más duro por eso ahora estoy bien. Tranquilo y mentalizado después de la operación los plazos son los correctos y que da tiempo a llegar a la perfección a la pretemporada que viene".
El hecho de forzar o que la operación no se la hubiera hecho antes, no le preocupa en absoluto a Fontás, que no se arrepiente de las decisiones que ha tomado: "El problema es que siempre parecía menos de lo que era en verdad. En la ecografía no aparece mucho. El hecho de que no pareciera tan grave hizo que forzara mucho para intentar llegar y al final no salió. Tampoco me arrepiento de haber forzado, lo hice para estar bien y ayudar al equipo. Podía haber salido bien, pero no funcionó y ya está. Lo mejor fue operar".
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Y hablando de la operación, así ha sido la recuperación: "Al principio muchísimo descanso, casi sin movilidad. Luego un poco de tratamiento con los fisios. Es un tratamiento lento. La suerte es que no hay un plazo corto a cumplir, porque si no sería estresante. Yo a veces pregunto si se puede hacer algo más porque tengo ganas de hacer cosas, pero no se puede. Hay que evitar impactos. Dentro de poco podré empezar a hacer algo de natación y bicicleta, pero de momento es paciencia".
No jugó nunca sin molestias esta temporada
"Se puede considerar mala suerte, pero es verdad que si me llega a pasar esto el año pasado quién sabe si seguiría aquí. Renové aquí, estoy encantado y contentísimo de haberlo hecho. Por desgracia me he perdido toda la temporada, pero solo pienso en volver a ayudar y devolver toda la confianza que pusieron en mí"Andreu Fontás también ha admitido que el dolor ha sido constante desde el inicio de la campaña y que llegó un momento que era insoportable: "No llegué a jugar ni un partido sin molestias. Empezaron en pretemporada. Ahí ya estuve con bastante dolor, bastante incómodo. Después del último partido de pretemporada me pincharon abajo en el hueso y a partir de ahí sí que fue mi mejor momento, no estaba al 100%, pero sí que podía jugar y disputé los tres primeros partidos. Luego el problema empezó en el minuto 80-85 del partido contra Las Palmas que noté un pinchazo entre el tendón y el sóleo. Eso fue lo que me tuvo parado, pero jugué en Sevilla y estaba fatal el rato que jugué. Aguantamos para ver si podía forzar para el partido del Barcelona. No jugué, me quedé en el banquillo, pero calentando en la banda por si tenía que salir me volví a encontrar fatal y hablé con ellos y les dije que no podía, que algo más de lo que parecía podía haber porque calentando ya me dolía mucho. Paramos un tiempo y parecía que ya era suficiente. Las molestas no desaparecieron, pero sí que me permitían jugar. Intenté jugar, intenté forzar por mí y por el equipo, pero cada vez que jugaba me encontraba peor y en el partido del Dépor, desde el primer minuto tuve muchas molestias, pero en un cambio de ritmo volví a sentir un pinchazo y ya no podía ni andar".