La receta contra la resaca copera se llama Pione Sisto

No marcó. Ni asistió. Pero Pione Sisto fue el alma de un Celta con la cabeza puesta en la Copa y que dejó una pobre imagen en Leganés. Los de Berizzo protagonizaron un partido de un ritmo muy lento en el que el danés se convirtió en un faro al que solo le faltó el premio del gol. Lemos rompió el empate inicial el día de su debut y Guidetti transformó un penalti provocado por el extremo danés.

Berizzo volvió a rotar pensando en la Copa, pero fue menos agresivo que en Anoeta. En el Plan B de Butarque entraron hombres clave del equipo en la sala de máquinas como el Tucu Hernández y Radoja. La gran sopresa fue la incorporación de Lemos, que debutó en Primera División en su quinto partido con el Celta y una vez más jugó como extremo derecho. Sergio y Hugo Mallo completaban la lista de titulares que repetirán el jueves contra el Alavés, el resto tenían 90 minutos para demostrar merecer más minutos.
Al igual que hace una semana contra la Real Sociedad, Pione Sisto parecía ser el jugador celeste con las ideas más claras. El joven danés era el que intentaba darle ritmo a un Celta que empezó demasiado pasivo y que veía como el Leganés tomaba la iniciativa del encuentro, llegando sin mucho peligro hasta la portería de Sergio. Sin embargo, el miedo caló en el el cuerpo de los vigueses tras un gol bien anulado a Pablo Insua por fuera de juego a raíz de una jugada a balón parado y el Celta empezó a despertar de su letargo.
Con el paso de los minutos, los de Berizzo parecieron despertar. Se adueñaron del balón pero quitando a Sisto en la izquierda y a Rossi, que a punto estuvo de quedarse solo ante Herrerín en una gran jugada individual, el equipo se mostraba falto de iniciativas y carente de ideas. El partido estaba carente de ritmo: juego lento, muchas pérdidas de balón por parte de ambos y muchas interrupciones por colisiones entre los jugadores.
Sumergido en esta dinámica, el Celta se encontró con el gol en su segunda ocasión de peligro: Hugo Mallo sirvió un saque de banda desde la derecha a Señé, este prolongó hacia Lemos. El extremo pudo girarse con suma facilidad ante Mantovani y puso el 0-1 en el marcador. El Celta se encontraba por delante aunque apenas había generado juego.
Los minutos finales de la primera parte no ayudaron a que el partido ganase ritmo. El choque se paró unos minutos por un encontronazo entre el Tucu y Gabriel, que tuvo que ser atendido por una brecha en la cabeza y minutos después Rossi sufría un pinchazo en el gemelo y abandonaba el partido. Tuvo que entrar sin calentar Guidetti. Las incidencias eclipsaron el juego y el descanso llegó a un encuentro con poca historia.
Tras la reanudación el Celta volvió con la misma tranquilidad con la que había jugado la primera parte, con una posesión menor a la que cabría esperar frente al Leganés y costándole llegar al área rival. Los de Garitano tampoco eran capaces de generar auténtico peligro a Sergio. Pione Sisto seguía siendo el hombre más enchufado del partido y en uno de sus arranques generó el segundo gol del Celta. El extremo fue derribado claramente dentro del área por Víctor Díaz y el colegiado pitó penalti. Guidetti se encargó en transformar la pena máxima y casi de sentenciar el partido a pesar de faltar más de veinte minutos, ante un Leganés que se declaraba impotente ante un Celta ordenado.
Garitano quiso provocar un arreón final con un doble cambio. Guerrero tuvo en sus botas el 1-2 al mandar arriba un balón que recibió solo en el punto de penalti y con Sergio ya vencido. Con esa buena ocasión se cerró el grifo de las ocasiones y el Celta supo aguantar hasta la llegada del pitido final para certificar su segunda victoria de la temporada como visitante. Ahora espera el Alavés en un cruce ilusionante donde está en juego, nada más ni nada menos que un puesto en la Final de Copa.