La puntería marca la diferencia en Balaídos
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La séptima plaza es, de forma provisional, para el Celta. Un equipo de dos caras, mala en la primera mitad y letal en la segunda. Sin un gran juego, la diferencia entre los vigueses y los eibarreses estuvo en la puntería, la que sí tuvieron Aspas y Maxi Gómez y la que no tuvo Inui. Europa está un peldaño más cerca.
Dominio territorial y aproximaciones, sin peligro, para el Éibar ante un Balaídos de nuevo con mucho cemento en sus gradas. Los de Unzué porfiaban sus primeras acciones de ataque a un Iago Aspas que buscó pases en profundidad para Maxi Gómez y Daniel Wass, pero eran incapaces de mantener la posesión más de tres pases seguidos.
Dormidos
Los de un Mendilibar ausente provocaban el primer susto en una acción personal de Charles que cedía la pelota a Inui, con todo a favor para probar a Rubén Blanco, el japonés se lío y acabó desaprovechando la jugada de su compañero. Era de nuevo Charles el que buscaba el tanto armero antes del diez, con un Celta cada vez más replegado en defensa.
Las sensaciones celestes volvían a ser paupérrimas y la afición no tardó en impacientarse, especialmente tras una mala cobertura de Cabral a un Jordan que remató a la media vuelta desde el área pequeña. Los de Unzué volvían a salir dormidos a un encuentro, como sucedió ante el Alavés y los de Mendilibar buscaban aprovecharlo.
Primeras contras con peligro
Dos contras despertaban al Celta, la primera conducida por Aspas que buscó el cambio de juego para un Pione Sisto que en la siguiente acción disparó a las nubes. No tardó Aspas, en el 17, en realizar la mejor acción en ataque del Celta. Una nueva contra guiada por el moañés que filtró un pase maravilloso a Maxi Gómez.
EL uruguayo había tirado el desmarque a la perfección pero el serbio Dimitrovic estuvo muy atento para adelantarse al charrúa y rebañarle la pelota antes de que pudiese disparar a bocajarro. El Celta lograba generar peligro a base de robos y contras.
Respondían los eibarreses con una carrera hasta la línea de fondo de Arbilla y un disparo lejano de Jordan. Charles, uno de los más activos en el ataque armero, intentó en el 21 un remate acrobático que volvía a desesperar a la afición celeste.
Pione, mal en defensa, peor en ataque
El ritmo del encuentro había bajado y fue el danés el encargado de darle tensión. Primero con un pésimo pase paralelo en defensa que acabó en los pies de Jordan y poco después, en el 29 con un remate imposible de fallar ante Dimitrovic.
Maxi recibió con el pecho, se dio la media vuelta y asistió, con una vaselina espectacular, a un Aspas que cedió atrás el esférico a Sisto. El danés, completamente sólo y a cuatro metros de la meta del serbio sólo tenía que empujar el balón, pero lo mandó muy por encima del larguero, de forma inexplicable.
Una para Oliveira, una para Wass
Oliveira cabeceó el enésimo saque de esquina del Éibar pasado el minuto 30 para que el balón se marchase pegado al palo zurdo de Rubén. Era Aspas, de nuevo, el encargado de replicar al ataque armero con una carrera a la contra de más de 40 metros en la que asistió a un Wass que empaló la pelota de primeras desde la frontal. Su disparo, aunque potente era muy centrado y sencillo para Dimitrovic.
Era la recta final de la primera mitad y los dos equipos apretaban los dientes para irse con ventaja a los vestuarios. Kike García, que tenía en Sergi Gomez su sombra, remató un centro raso desde el costado diestro algo desviado. El Éibar volvía a gozar de un nuevo saque de esquina que interceptaba Sisto para lanzar la contra con Aspas, pero el moañés controló mal y perdió el esférico por la línea de banda.
Despiste defensivo
Inui tuvo la mejor de los de Mendilibar en el 42, sólo a dos metros de Rubén remató pegado a la cruceta diestra de la meta celeste ante el alivio de la afición presente. Despiste generalizad de la zaga viguesa, que permitió que el japonés rematase sin oposición. Con malas sensaciones sobre el ambiente de Balaídos Del Cerro Grande señaló el final de la primera mitad.
Emre Mor cambia el choque
El turco estaba calentando al final de la primera mitad y entró en los vestuarios lo que anticipaba su entrada al campo. Así sucedió, Pione Sisto se quedaba en el banquillo y Emre Mor iba a disponer de 45 minutos para cambiar su rol en el Celta. La primera acción de ataque vigués llegó con un desviado disparo del joven extremo otomano.
Y fue el turco el que, tras recortar a tres defensas, centró para un Aspas que aparecía en el primer palo para batir a Dimitrovic. El Celta había saltado con otro ánimo al campo y en el 55 se ponía en ventaja y acariciaba la séptima plaza.
Tuvo el segundo el Celta en una nueva contra, en esta caso iniciada por Radoja. El serbio abrió el campo a Emre Mor que buscó un nuevo centro raso a Aspas, pero la pelota toco lo justó en Arbilla para que Dimitrovic se adelantase al moañés.
Inui, un amigo
El japonés, un puñal por su banda no estuvo acertado de cara a gol. Pasado el sesenta volvió a disponer de una acción clara de gol que mandó desviada y poco después un remate desde fuera del área que tampoco encontró portería. El extremo zurdo seguía perdonando al Celta.
Con el partido bajo control, Emre Mor condujo otro ataque en el que pecó de individualista ante la petición de un Maxi perfectamente colocado para el remate. El turco decidió seguir con la jugada y acabó ahogado en la línea de fondo. Arrancó un saque de esquina que terminó en un remate de Sergi Gómez al fondo de las mallas, pero Del Cerro Grande señaló fuera de juego de forma acertada.
Maxi sentencia
El que siempre tiene la caña preparada es Maxi Gómez, el uruguayo se zafó de su par mientras seguía la carrera de un Mallo que lograba la quinta asistencia de la temporada, su récord personal, con un centro que controló el charrúa en el punto de penalti para batir por bajo a Dimitrovic.
El Celta, ya no tuvo que sufrir más, mejoró en la segunda mitad y la puntería de sus dos delanteros, que llevan 30 goles en 25 jornadas fue suficiente para vencer a un batallador Éibar, mejor en la primera mitad y que pagó el esfuerzo en la continuación.
Los de Unzué tuvieron ocasiones, ya cerca del descuento para golear a los azulgranas, pero con un encuentro el próximo martes, también decisivo ante el Girona, guardaron fuerzas ahora que Europa está más cerca. El Celta volvió a vencer tras tres encuentro sin conocer lo que era sumar los tres puntos.
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