Unzué: "Pensar que esto iba a ser un camino de rosas era estúpido"

Este lunes, el Celta de Vigo ha dado la oportunidad a su ya exentrenador, Juan Carlos Unzué, de despedirse del club. Lo ha hecho ante una sala de prensa abarrotada y acompañado por el presidente de la entidad, Carlos Mouriño. El navarro ha hecho una valoración general de la desilusionante temporada del equipo celeste, que ha acabado en decimotercera posición con 49 puntos, muy lejos de la séptima plaza por la que quería luchar para meterse en Europa League en la próxima campaña.


Unzué era consciente de que aceptar este reto no iba a ser fácil. "Pensar que esto iba a ser un camino de rosas era estúpido. Sabía que no era un año fácil, sabía que venía a un gran club, sabía que tenía un buen equipo para luchar por el objetivo", pero no pudo ser. El extécnico celeste recordó las derrotas ante rivales directos como la Real Sociedad, el Girona o el Getafe, que impidieron seguir luchando por entrar en competición europea.
"No puedo pedirles, yo les tengo que dar. Mi forma de dar es trasladar una idea a los jugadores"
"No fuimos capaces de ganar y la sensación es que todo se ralentiza y es más difícil que llegue al público. No puedo pedirles, yo les tengo que dar. Mi forma de dar es trasladar una idea a los jugadores", razonó. "Si los jugadores salen positivos de inicio, el jugador se sentirá más cómodo en el terreno. Todo se ralentizó y el jugador ya no tenía la misma confianza".
Indicó asimismo que la mejoría tras el parón en Navidad devolvió la ilusión al celtismo. "En enero tuvimos mejores resultados, donde el rival nos permitía atacarles yendo arriba. Después, en la segunda vuelta, nos faltó algo de fútbol".
Hizo hincapié también en el duelo ante el Barcelona, que para él "fue clave. No ganamos tres puntos. Tuvimos la ocasión de ganarlo y perdimos a nuestro mejor jugador para una fase de la Liga donde se decidía todo", recalcó sobre la lesión de Iago Aspas en dicho partido, que afectó a toda la recta final de la competición.
Sin embargo, Unzué veía a su equipo listo para pelear por entrar en Europa. "Hemos pensado, más que en ese quinto y sexto puesto, en ese séptimo puesto. Nosotros teníamos la sensación de que sí. El equipo me gustaba, siendo una plantilla corta. Así la definimos. Siempre hemos estado en la pelea con la sensación de estar con el gancho, siempre por detrás".
Está convencido de que el bagaje final no ha sido malo debido al juego del Celta, sino por otro tipo de aspectos. "No ha sido por juego, no ha sido por aspectos ofensivos, porque si el equipo ha tenido para crear y materializar muchas ocasiones. Hemos sido más frágiles en lo defensivo de lo que me hubiera gustado", concluyó.