Enrich ajustició a un rácano y temeroso Celta
El Celta llegó hasta el minuto 86 vivo, tal vez no por sus propios méritos si no por la falta de puntería de un Éibar muy superior durante todo el encuentro. Los celestes veían como Enrich hacía justicia y marcaba el tanto de la victoria que dejaba a los celestes sin poder aprovechar los tropiezos de Rayo, Villarreal y Valladolid.
No tardó el Celta en dar el primer susto en un error en la marca de Araujo que dejó completamente sólo a Orellana. El exjugador perdonó a sus antiguos compañeros al no controlar el centro llegado desde el costado zurdo cuando apenas habían pasado 90 segundos del pitido inicial.
Respondía el Celta en el 5' con una contra lanzada por Maxi Gómez, que con un gran pase en profundidad, habilitaba a Brais Méndez ante un Dmitrovic que abortaba el disparo cruzado del mosense.
El Éibar dominaba en los primeros minutos, Cucurella gozaba de otra ocasión que despejaba Rubén Blanco. Los de Cardoso intentaban sobrevivir el mejor juego local y a sus continuas llegadas. El Celta encerrado en su campo sufría un verdadero asedio por parte del conjunto armero que veía como Cuadra Fernández no les concedía un gol por fuera de juego de Sergi Enrich en el minuto 26.
Rubén tenía que intervenir con una gran mano a un disparo desde la frontal de Orellana que se había envenenado tras chocar en el cuerpo de Hoedt. El Celta se ganaba un respiro tras un empujón de Costas a Cucurella con la mala fortuna de que el zurdo acabó chocando con el banquillo y haciéndose bastante daño en el impacto, lo que provocó la entrada de las asistencias médicas.
Maxi perdona el 0-1
En la reanudación Brais Méndez se incorporó por su banda para regalar un preciso centro a Maxi Gómez que en boca de gol hizo lo más difícil, fallarla. El remate del uruguayo se marchó directo al larguero para desesperación de un banquillo que no daba crédito al error.
El Celta aguantó su portería a cero en los primeros 45 minutos pero desaprovechó las dos ocasiones más claras de la primera mitad en las botas de Brais Méndez y Maxi Gómez que hubiesen dado vida al cuadro de Cardoso.
Mejor plantado tras el paso por los vestuarios el Celta seguía cediendo la pelota al Éibar, pero este ya no llegaba con tanta facilidad a la meta defendida por Rubén. Los de Cardoso lograban mucho más arriba.
Charles tuvo el 1-0
Cuando mejor plantado estaban los vigueses sobre el terreno de juego, el Éibar gozó de su mejor ocasión en el partido. En una falta sin peligro desde el costado derecho, un barullo en el área dejó a Charles sólo ante Rubén.
El punta hispano brasileño tocó lo justo el balón pero este se fue ligeramente desviado por el palo largo tras superar a Rubén. El Celta se acercaba a su objetivo, llegar al tramo final sin encajar gol.
Penalti de VAR
Orellana pedía penalti de Juncà, el colegiado que en un primer momento había indicado que el juego continuase, pidió la entrada del VAR y tras consultar las imágenes señaló el punto de los once metros.
Charles se aprestó al disparo, el mismo punta que sumaba seis goles de penalti este curso, mandaba el esférico a las nubes para alivio celeste. Los dos exjugadores del Celta habían perdonado en las mejores ocasiones del Éibar.
Cardoso daba entrada a Beltrán y Boufal por Okay y Jensen para lanzarse en los últimos 25 minutos a por el partido. Pero antes Enrich gozaba de una nueva oportunidad que abortaba la zaga celeste.
Mazazo final
La entrada de nuevas caras no mejoró el ataque celeste, inexistente en la segunda mitad. Sin embargo el Éibar exprimía las últimas gotas de gasolina de su agotado depósito para lanzarse por última vez a por la meta de Rubén. Hoedt desviaba a córner un disparo de Enrich en el 85' y el Celta se veía cada vez más cerca de su objetivo, sumar otro punto.
Pero la suerte no iba a ser eterna y en la siguiente jugada Cardona centraba al área pequeña y el balón, muerto tras un rechace, llegaba a Enrich que sólo tenía que empujar el esférico para batir a Rubén.
Ya en el descuento no hubo milagro, tampoco hubo siquiera intento, el golpe recibido demolía la moral de un Celta rácano y temeroso durante todo el encuentro y que había llegado vivo al final gracias a la falta de puntería de Charles que a sus propios méritos. El Celta desaprovechaba los pinchazos de Rayo, Valladolid y Villarreal para seguir viendo el descenso al final del camino.