El Celta se deja dos puntos ante un Mallorca con un hombre menos

A perro flaco todo son pulgas, no hay un dicho que defina mejor lo que le ha sucedido al Celta de Vigo este domingo. Los de Óscar salieron bien al partido, fueron muy superiores al RCD Mallorca, dispusieron de ocasiones para lograr una goleada y sin embargo ven como el cuadro bermellón saca su primer resultado positivo a domicilio en toda la temporada. Un empate a dos que sabe a muy poco y que deja al Celta en puestos de descenso una jornada más.

Y por fin el Celta salió al campo como exigía su entrenador, Óscar García Junyent, con ganas, intensidad, presión altísima y dominando a placer a un Mallorca que aguantaba los primeros minutos de asedio celeste protegiendo meta de Reina ante las primeras ocasiones protagonizadas por Aspas, Rafinha y Lobotka.

El dominio local era abrumador, los pupilos de Vicente Moreno no eran capaces de superar la línea medular ante la presión de un Celta que en nada se parecía al equipo que naufragó en Butarque hace una semana.

Exhibición de Sisto y Rafinha

Pione Sisto y Rafinha estaban ofreciendo a su afición los mejores minutos de toda la temporada por medio de jugadas y combinaciones vertiginosas que levantaban al celtismo de la grada. Precisamente fueron estos dos futbolistas quienes participaron en el primer gol del Celta en el 19'. El danés iniciaba la jugada conectando con Olaza, este colgaba el esférico al corazón del área donde Rafinha esperaba el balón para batir a Reina con un testarazo ajustado al palo corto.

El VAR y un pisotón de Aidoo sin el balón en juego

Pero el tanto no le sentó nada bien a un Celta que se fue poco a poco hacía atrás para permitir respirar a un Mallorca que encontró el tanto de la igualada en una discutida acción donde Aidoo pisa sin querer a Budimir. Tras la intervención del VAR fue De Burgos Bengoetxea quien señaló la pena máxima que transformó Salva Sevilla con un ajustadísimo disparo que a punto estuvo de detener Rubén Blanco.

Era el minuto 30 y las tornas cambiaban, ahora era el cuadro bermellón el protagonista de un encuentro del que el Celta se había ido tras un gran arranque. Tras unos minutos de titubeo los celestes volvían a hacerse con las riendas del partido pero sin lograr grandes ocasiones de gol que volviesen a desnivelar el marcador. Olaza, Aidoo y Brais Méndez lo intentaron sin éxito durante los cuatro minutos de descuento que decretó De Burgos Bengoetxea.

Reacción tras el descanso

El Celta regresó al campo con el ánimo de solventar el partido lo más rápido posible, de nuevo con el control de balón, se aprestó a atacar la meta de Reina. Habían pasado solo tres minutos cuando Olaza fue derribado por el recién entrado Cucho Hernández.

De Burgos Bengoetxea no dudó ni un instante y señaló el punto de penalti al que se dirigió Aspas para poner el 2-1 en el marcador. El Mallorca se lanzaba con todo lo que tenía en el banquillo a por el empate mientras que el Celta buscaba sentenciar un choque se se encaminaba a su tramo final.

Una dura entrada de Raíllo en la entrepierna de Brais Méndez provocó el enfado de los jugadores bermellones ya que el Celta buscó, en las botas de Aspas, el tercero mientras que los propios celestes pedían que el balón se mandase fuera del campo cuando era el Mallorca el que buscaba el ataque por medio de Lago Junior. Finalmente Brais fue sustituido por Santi Mina en el 66'.

El Celta desaprovechaba una doble ocasión de Aspas y Pione Sisto tras una jugada de Rafinha que Lobotka puso dentro del área bermellona. Aspas remató mal un disparo a dos metros de la línea de gol y en el rechace Pione Sisto, con todo para poner el 3-1 disparó con escasa potencia para que la zaga mallorquina pudiese desviar su remate. Era el minuto 76 del encuentro y el Celta perdonaba la sentencia en un duelo que se iba igualando.

Todo se ponía a favor del Celta a partir del 80' cuando Raíllo veía la segunda amarilla y dejaba a su equipo con 10, pero minutos después perdonaba la segunda al Cucho en una dura entrada sobre Rafinha que permitía al Mallorca lanzar un ataque en el que lograba el empate.

Ante Budimir se aprovechaba del único error de Olaza durante el partido para silenciar Balaídos en el 84'. Al Celta le quedaban cerca de diez minutos para lograr el tercero. Primero fue Aspas quien lo intentó con un remate de primeras fácil para Reina.

El Celta cercaba la meta rival, Óscar se la jugaba con todos los atacantes sobre el campo y las ocasiones llegaban en un largo descuento de cinco minutos donde el Mallorca, por medio de Reina, intentaban recortar con continuas interrupciones. La volvió a tener Aspas con un ajustado disparo al que Reina respondió sin que sus aparentes problemas físicos le supusiesen un problema. También la tuvo, lo mismo que las esperanzas de una afición que tendrá que seguir viendo a los suyos en puestos de descenso una semana más.