Polémica en el Celta-Atleti: dos expulsiones perdonadas y una mano en el área no pitada
El Celta de Vigo no ha podido con el Atlético de Madrid, que se ha llevado los tres puntos de Balaídos (0-2) merced a un gol de Luis Suárez en los primeros compases del partido y a otro de Yannick Carrasco en el tiempo añadido. Un resultado que pudo haber sido diferente en caso de que las jugadas polémicas hubiesen terminado de forma diferente si así lo hubiesen entendido al árbitro del partido, Juan Martínez Munuera, o desde la sala VOR.
Expulsiones perdonadas a Diego Costa y Felipe
En un forcejeo entre Diego Costa y Néstor Araujo a los 37 minutos de partido, el delantero del Atleti soltaba el brazo e impactaba en el cuello del mexicano. Una acción que el colegiado castigaba con falta previa del futbolista del Celta, pero tras la que amonestaba a Costa. Minutos después, poco antes del descanso, el internacional por España se dejaba caer en el área celeste tras un centro desde la banda. Una clara simulación de penalti que, en esta ocasión, Martínez Munuera no castigaba, perdonando así la que habría sido la segunda amarilla al atacante colchonero.
En la segunda parte, era Felipe quien se libraba de la expulsión. El central, que ingresaba al terreno de juego al poco de la reanudación en detrimento de Manu Sánchez, veía la cartulina amarilla a los 71 minutos de juego por una dura entrada sobre Iago Aspas, por la que algún jugador del Celta incluso pedía la roja directa. El árbitro no la mostraba, pero es que apenas 10 minutos después le perdonaba la expulsión, como sucedía anteriormente con Diego Costa, por una clara falta sobre Emre Mor.
Una mano en el área del Atleti
Tras el gol y unos primeros 20 minutos con muchas dudas, el Celta daba un paso adelante y en la primera parte, gozaba de muchas ocasiones claras de gol en las que no gozaron de la fortuna necesaria para empatar el partido, ya fuese por la falta de puntería o por la aparición de un Jan Oblak inmenso. En una de las múltiples oportunidades del Celta, el balón golpeaba en el brazo de Manu Sánchez, dentro del área. El árbitro dejaba seguir y, una vez el esférico salía por banda, contactaba con la sala VOR, que rápidamente le decía que la mano no era punible.
