El Celta regala un punto en un nuevo error de Okay Yokuslu
Un punto, ese es el botín que logró un Celta de Vigo que logró adelantarse en el marcador por medio de Brais Méndez y terminó aceptando el empate tras el grosero error de Okay Yokuslu. Eduardo Coudet, desde el banquillo, mostró su absoluto enfado por el juego desplegado por los suyos, que estuvieron a merced del SD Eibar demasiados minutos mientras espera el regreso de el único hombre que puede volver a dar victorias al Celta, Iago Aspas.
Sin Aspas, que ni siquiera se sentó en el banquillo de suplentes, así le tocó lidiar al Celta de Vigo su encuentro ante la siempre incómoda SD Eibar. Tampoco estaba Denis Suárez, con un partido de suspensión, pero sí con Lucas Olaza con un pie fuera de un Celta que no quiere verse obligado a pagar cuatro millones de euros a Boca Juniors por su pase. Muchos condicionantes en contra para un equipo que solo suma derrotas en este 2021 y que buscaba cambiar su suerte ante un rival directo por mantener la categoría.
Una carambola, con un Celta dominador desde el comienzo, permitió a los vigueses adelantarse en el marcador en el minuto ocho. Brais Méndez definía a la perfección un mal despeje de la zaga armera para batir a Dmitrovic. El planteamiento de Coudet funcionaba ya que Emre Mor, desplazado a banda derecha, era quien iniciaba la jugada del gol que definía Brais, que en este encuentro jugaba al lado de Santi Mina en el ataque celeste.
El tanto daba alas a los vigueses, muy metidos en campo rival. La asfixiante presión celeste propiciaba una nueva oportunidad en la que Lucas Olaza estrellaba el balón en el palo tras un buen centro de Nolito. Un buen inicio de encuentro que sin embargo no era capaz de tapar las graves carencias del equipo en las jugadas a balón parado al permitir un remate, completamente solo, de Kike García en el punto de penalti. Un error que molestaba a Coudet, muy activo en su banquillo.
Necesitaba el argentino estar muy encima de los suyos ya que otro de los malos endémicos del Celta, el echarse atrás tras ponerse por delante, volvía a repetirse en este choque. El Eibar adelantó sus líneas, buscó complicar la salida de la pelota celeste y se acercó, cada vez más, a la meta defendida por Rubén Blanco. Dominado por los de Mendilibar la peor noticia posible eran las entradas que recibían Santi Mina y Rubén Blanco que obligaban a los servicios médicos a tratar a ambos futbolistas. En un encuentro donde los vigueses fueron de más a menos lograron llegar al descanso con la exigua ventaja que le daba el gol anotado por Brais Méndez.
Coudet era consciente de la falta de control que había tenido su equipo sobre el partido, incapaz de ser el dueño de la pelota. Por ello apostaba por quitar del campo a Emre Mor, de nuevo desdibujado, para dar entrada a un mediocentro más como Okay Yokuslu. Pero el turco hace meses que no tiene la cabeza en el Celta, a las primeras de cambio cometió un error tan absurdo como grosero que terminó con el empate del Eibar.
Casi sin opciones de ataque en el banquillo, Coudet debía buscar cómo darle la vuelta a un encuentro que se había complicado con el paso de los minutos culminado con el esperpento del futbolista turco. Alfon y Baeza eran las únicas balas que podía disparar el Chacho, de nuevo enfadado por la pésima puesta en escena de los suyos. Solo un valiente remate de Mallo y un uno contra uno de Brais Méndez atisbaban la reacción celeste pero ellos, al igual que Santi Mina, se encontraban con un muro, el de Dmitrovic.
Mendilibar movía su banquillo dando entrada a Pedro León y Pape Diop mientras que Coudet se la jugaba con Alfon y Baeza por Beltrán y Nolito, que cuajaron un mal encuentro una vez más. El partido, con un Celta perdido, se acercaba a los minutos finales y con el equipo deseando escuchar el pitido final. Sin fuerzas, conformes con el punto obtenido pero con un Coudet desquiciado en el banquillo, se llegaba al descuento. El Celta, en un mal partido, sumaba su primer punto del 2021 pero volvía a repetir errores ya conocidos.
Sucede en la naturaleza que las diferentes especies toman medidas cuando sus clanes, harenes, territorio o recursos se ven comprometidos. No asumen riesgos si no es estrictamente necesario o no hay nada que perder. En el fútbol ocurre lo mismo. Ponerse arriba en el marcador conlleva repliegue y un juego tacaño, sólo en caso contrario dan su mejor cara. Por tanto y como parte del medio natural que somos, a nadie debiera sorprender ni exasperar este comportamiento. Y en éstas anda el Celta. Si bien abanderando una práctica que lo eleva a mucho más que un mero exponente. La mezquindad en su fútbol cuando en un partido toma ventaja, es un insulto a las leyes de la naturaleza
hola siempre los mismos errores que penalizan al equipos y asi ningun entrenador puede triunfar en el celta mientras que no haya una buena limpia de jugadores en el celta y para empezar la limpia es que se valla miñambres que solo hace fichar a morralla a precio de oro y otra cosa tambien los que se tiene que ir okay y murillo y algunos mas que no quiero mencionar ojala y dios quiera sea la ultima temporada de miñambres en el celta