Carreras pone a prueba la fiabilidad del Real Zaragoza

Si hay un instante de la historia más reciente que haya quedado grabado en la memoria del aficionado zaragocista, será sin duda el de aquel amargo partido que se sufrió en Palamós frente a la Llagostera. A buen seguro también habrá quedado en el recuerdo de Lluís Carreras, que por entonces dirigía al equipo aragonés.

El técnico catalán, que llegó al Real Zaragoza en la navidad de 2015, logrando elevar el nivel del equipo durante sus primeras semanas en el cargo, no sin la ayuda de un buen puñado de fichajes -Culio, Lanzarote, Campins, Guitián, Dongou y Lanzarote-. Sin embargo, la trayectoria de los blanquillos se fue torciendo con el paso de las semanas, culminando en el desastre de Palamós, en el que el conjunto aragonés alcanzó uno de los mayores sonrojos de su historia al caer ante un equipo ya descendido por 6-2, quedando además apeado de las carrera por la promoción.
Mucho han cambiado las cosas desde entonces. Tras otra temporada decepcionante para el Real Zaragoza, el nuevo proyecto nace con la ilusión propia de las fechas estivales, esta vez con un Natxo González que se encuentra todavía en la búsqueda de la fiabilidad para su equipo, similar a la que Lluís Carreras busca para su Nàstic. Ambos equipos han tomado una vía similar de cara a la nueva temporada, remodelando profundamente sus plantillas, insuflando un aire mucho más joven al plantel en busca de ilusiones renovadas.
Así pues, Nàstic y Real Zaragoza se verán las caras en el Trofeo Ciudad de Tarragona, sin perder de vista el pasado reciente pero con la mirada en un futuro que se pone en marcha en apenas un par de semanas y al que ambos equipos tratarán de llegar plenos de moral y con buenas sensaciones como las que otorgan los resultados recientes ante equipos de Primera -el Nàstic ganó al Villareal (2-0) y empató ante el FC Barcelona (1-1) y el Real Zaragoza ganó al Levante (0-2)-.