El difícil encaje de Diego Aguirre

El pasado mes de junio el Real Zaragoza, en la persona de su director deportivo, Lalo Arantegui, anunciaba la primera lista de fichajes, entre ellos, el de Diego Aguirre. El jugador, procedente del Rayo Vallecano llegaba a la capital del Ebro con el aval de haber coincidido con el nuevo entrenador, Imanol Idiakez en su época en el Toledo.

Fue precisamente allí, en Toledo, donde Diego Aguirre tuvo la oportunidad de jugar como lateral izquierdo. Sin embargo, esa no es precisamente su posición natural, ya que se desenvuelve con mayor soltura en otras zonas del campo. Durante la pretemporada Aguirre ha demostrado lo que es. Un jugador incisivo, rápido y peligroso. Eso sí, siempre que se mueva en posiciones cercanas a la portería rival. Cuando ha tenido que jugar como lateral, ha mostrado ciertas carencias defensivas que han llevado a Idiakez a buscar mejores soluciones, como Clemente o Nieto.

Así pues, el flamante fichaje del equipo aragonés cuenta con un difícil encaje en el equipo. Como ya le sucediera la pasada campaña a Jesús Alfaro, el rombo condiciona su presencia. Sin extremos, Aguirre se vería limitado o bien a jugar en el latera, donde contará con la dura competencia de Lasure, o a convertirse en revulsivo en momentos concretos en los que Idiakez decida modificar el esquema en busca de algo diferente. La última de las opciones es incluir al toledano en uno de los vértices del rombo, algo que limita sus características.

En definitiva, un dilema para Imanol Idiakez, que tienen en Diego Aguirre a uno de sus jugadores de confianza, pero al que deberá encontrar su lugar en un esquema que no se le adapta.