Puado, Pulido y el instante que lo cambió todo
Vuelve al estadio de La Romareda el derbi aragonés. Lo hará, esta vez sí, con público y la posibilidad de alcanzar el 100% del aforo del coliseo aragonés. Sin embargo, en el recuerdo queda el último precedente, cargado de polémica, que se vivió en mitad de la pandemia.
Después de tres meses de parón por el confinamiento, el fútbol volvió a mitad de junio de 2020 para llevar a cabo la resolución de las competiciones. El Real Zaragoza se encontraba en una cómoda situación, en zona de ascenso directo y con cinco puntos de colchón sobre sus rivales, entre ellos, la SD Huesca.
Los blanquillos despertaron dudas desde el principio. Errores groseros habían costado la derrota frente al Alcorcón y el Almería se había mostrado superior. Sin embargo, mantenían la vida gracias a las victorias frente a Lugo y Extremadura. En ese contexto y con cinco puntos sobre Almería y seis sobre el Huesca, se disputaría el derbi aragonés.
Pese a la ausencia de público, la rivalidad se dejó notar. Un encuentro de poder a poder, que cualquiera de los dos pudo definir a lo largo de los 90 minutos pero que quedó sin resolver hasta el final. Entonces, llegó el momento que lo pudo cambiar todo. Puado se dirigía hacia la portería de la SD Huesca cuando fue derribado por Pulido, acción que podía haber conllevado la expulsión del defensa oscense, pero que quedó sin castigo. A falta de apenas segundos para el pitido final, Galán anotaba el que sería el gol de la victoria visitante.
El Real Zaragoza se olvidó de ganar
Un resultado que, visto con perspectiva, pudo ser definitivo para acabar con las aspiraciones de ascenso del Real Zaragoza. Golpe del que no se supieron reponer los de Víctor Fernández, iniciando con esa derrota una serie de hasta seis encuentros sin ganar, con cinco derrotas, antes del final de LaLiga SmartBank. El sueño del ascenso desaparecería finalmente en la promoción frente al Elche, en la que, nuevamente, los blanquillos se mostraron incapaces de ganar.