El Miami Freedom Park de Jorge Mas, un espejo para la futura Romareda

El Real Zaragoza cuenta ya con nuevos accionistas. Días atrás se produjo la firma definitiva por la cual el grupo empresarial liderado por Jorge Mas se hará con el paquete mayoritario de acciones del club, a la espera de poder concretar también la venta de los accionistas minoritarios hasta superar el 90% del total.

Se concluye así un proceso que ha sobrevolado durante prácticamente un año el entorno del Real Zaragoza. La opción ganadora, la del grupo estadounidense es, en palabras de los accionistas, la que supone dejar el club “en las mejores manos”. Un cambio que, de forma súbita, ha parecido acelerar también las negociaciones estancadas para la realización del proyecto de un nuevo estadio.

Por el momento se cuenta apenas con un informe de los técnicos del Ayuntamiento de Zaragoza en el que sopesan los pros y contras de diversas ubicaciones posibles. Sin embargo, el consenso deseado está lejos y los grupos políticos de la oposición desconfían de las intenciones del equipo de gobierno, que ha emplazado a una nueva reunión el 26 de abril, en la que reducir las opciones a solamente tres. Se ha barajado también la posibilidad de llevar a cabo una consulta ciudadana para pulsar la opinión de la calle al respecto.

El ejemplo de Freedom Park de Miami proyectado por Jorge Mas

En esencia, el problema que arrastra la reforma de La Romareda desde hace veinte años ha sido siempre el mismo. Por un lado, los intereses derivados de la urbanización del espacio adyacente al nuevo equipamiento; por otro, la financiación requerida para llevar a cabo las obras, tanto en el caso de una reforma como en el de la construcción de un nuevo estadio.

Llama la atención en este sentido el proyecto con el que cuenta Jorge Mas para su actual equipo, el Inter de Miami de la MLS norteamericana. El denominado Miami Freedom Park & Soccer Village, pendiente de aprobación por parte de la Comisión de la Ciudad y que, dado que se van a compartir dueños, sería el mejor ejemplo de lo que desean los nuevos accionistas, en lo que el propio Jorge Mas definía como “un estadio acorde a la historia del club y de sus aficionados. No es posible crecer y ofreceros nuevas experiencias de ocio para poder compartirlas con amigos y familiares en la situación en la que se encuentra actualmente el estadio”.

El Freedom Park, mucho más que un estadio de fútbol

El proyecto del Freedom Park de Miami lleva ya casi nueve años pendiente de aprobación. La última, el pasado mes de marzo, cuando se cuestionó la cantidad que se iba a pagar por el arrendamiento de los terrenos (actual campo de golf Melreese), así como la necesidad de estudiar elementos como el flujo de tráfico, una de las grandes preocupaciones de los vecinos, ya que se encuentra próximo al Aeropuerto Internacional de Miami.

En cualquier caso, la idea presentada por el Inter de Miami va mucho más allá de un simple campo de fútbol. Se trata de un espacio en el que se encuentra el estadio, con capacidad para 25.000 espectadores, pero va mucho más allá de eso. Cuenta además con un parque público de algo más de 23 hectáreas (algo más de la mitad que el Parque Grande José Antonio Labordeta).

Además, el complejo del Freedom Park se completa con otro tipo de instalaciones. Entre otras cosas se contempla un Complejo Tecnológico, que incluirían 750 plazas de hotel, así como una zona comercial en la que se incluyen restaurantes y tiendas de todo tipo. También se añaden campos de fútbol y otros deportes.

Una financiación 100% privada

El total del proyecto ascendería a una cifra que se aproxima al billón de dólares, teniendo en cuenta que esa cifra, en Estados Unidos, se refiere a mil millones. Según la información que ofrece el proyecto, la inversión se llevaría a cabo de forma 100% privada.

No sólo eso, sino que se valoran además una serie de beneficios a la comunidad. Entre otras cosas, se considera que se obtendrán más de 40 millones de dólares anuales en impuestos (repartidos entre la ciudad, el condado y el estado); se generarán empleos de alta cualificación y se invertirán 20 millones en la mejora de los espacios verdes.

Además, se pagará un alquiler por el terreno en el que se llevará a cabo la construcción con una concesión a 99 años. Según se indica por parte de los inversores, se trata de un “precio de mercado justo para la ciudad”. Algo que no creen todos los comisionados, caso de Manolo Reyes, que hace unos meses declaró en el Diario las Américas: “Dicen que ganarían unos 500 millones dólares al año y solo pretenden pagarnos algo más de 3,75 millones”.

En este sentido también se manifestaban los comisionados en el memorando del 17 de junio de 2021, “[Los propietarios del equipo] han manifestado claramente su creencia de que, dado que la ciudad no contribuye a la financiación del estadio, y dado que el Miami Freedom Park promete pagar un alquiler y generar impuestos sobre la propiedad, merece tener una flexibilidad inusualmente amplia en el desarrollo en su conjunto y unas repercusiones leves si no cumple con alguno de los elementos prometidos del desarrollo”.

Una nueva votación y el DRV PNK Stadium provisional

El plan queda pendiente en estos momentos de una nueva votación, que tendrá lugar el próximo 28 de abril, en la que se espera que se pueda aprobar la reurbanización de Melreese, que actualmente está catalogada como parque urbano. Se espera que esta, al menos sea la ubicación definitiva después de contar con otras cuatro fallidas –PortMiami, Parque de los museos, Pequeña Habana y Overtown–.

Mientras tanto, lejos del sueño del complejo del Freedom Park de Jorge Mas, el Inter de Miami tiene que continuar disputando la MLS en el destierro. Lo hace algo más al norte de la que espera sea su nueva casa, en el Estadio DRV PNK de Fort Lauderdale, a unos 65 kilómetros.

Se trata de un estadio renovado para la ocasión, pero que no cuenta con las comodidades que se esperan del más alto nivel, especialmente cuando hablamos de deporte estadounidense. Con capacidad para 18.000 espectadores, fue renovado en 2019, conocido hasta entonces como Lockhart Stadium, por unos 60 millones de dólares. Está previsto que sea la sede del filial, así como de la Academia del Inter de Miami y campo de entrenamiento del primer equipo.