Cordero y el dilema de los centrales en el Real Zaragoza

Mientras el Real Zaragoza vaga una temporada más por las zona templada de la clasificación en LaLiga SmartBank, en los despachos se trabaja con la mente puesta en la próxima temporada, en la que se espera poder dar un salto de calidad a la plantilla del equipo aragonés.

Una de las zonas que ocupan especialmente al director deportivo, Juan Carlos Cordero, es el centro de la defensa. Posiblemente la parcela del campo más solvente del equipo pero que, sin embargo, tiene varios asuntos pendientes para el ejecutivo cartagenero, a resolver en las próximas semanas.

Jair parece indiscutible, más si cabe desde que se produjera su renovación el pasado mes de marzo hasta 2025. También hasta 2025 renovó en septiembre Alejandro Francés. El canterano no ha rendido como se esperaba durante esta temporada y podría salir si llegara una oferta capaz de satisfacer a todas las partes. Sin embargo, lo más probable parece que pueda tratar de redimirse el próximo curso elevando, más si cabe, la competencia.

Algo más compleja es la situación del tercero de los centrales: Lluís López. El catalán, uno de los jugadores con más minutos esta temporada, está pendiente de renovar su contrato. Pese a contar con una opción para renovar por los dos próximos cursos, el Real Zaragoza parece poco dispuesto a asumir el aumento salarial pactado, por lo que se negocia una solución intermedia que pueda satisfacer, tanto al club como al jugador.

A todo lo anterior, Juan Carlos Cordero añadiría un nuevo integrante para la defensa, un central de garantías que pudiera competir por la titularidad y elevar el nivel. Algo de lo que se encuentra lejos la figura de Jairo Quinteros, llegado el pasado mercado estival y que apenas ha sumado 20 minutos este curso. Así, pese a contar con contrato, lo más probable parece una salida, la misma que cerca estuvo de producirse el pasado invierno.

Muchas piezas para un rompecabezas que está por completar y que, a buen seguro, supondrá un reto para la figura del nuevo director deportivo, un Cordero en el que se confía para devolver al Real Zaragoza al lugar que merece con un proyecto capaz de luchar por el ascenso desde el primer día.