Las diez lesiones más absurdas del fútbol

En el mundo del fútbol se han visto cosas muy curiosas y extrañas, aunque unas más que otras. En el caso de las lesiones ha habido de todo, entradas duras, roturas desagradables, pero sin duda, las mejores son las más absurdas que prácticamente nada tienen que ver con el fútbol.

Eso es lo que le ocurrió a algunos de los jugadores que después de tantos golpes caen de la forma más tonta.
Carlos Busquets. El exguardameta del Barcelona se quemó las manos mientras planchaba para evitar que esta le cayera encima a su hijo Sergio Busquets.
Santiago Cañizares. El portero se lesionó cuando se le cayó un bote de colonia en los pies y se perdió el Mundial 2002.
Éver Banega. El mediocentro fue atropellado por su propio coche en una gasolinera y se fracturó tibia y peroné.
Sergio García. Cuando jugaba en el Betis fue a celebrar un gol deslizándose de rodillas por el césped pero el terreno de juego estaba seco.
Martin Palermo. El delantero se rompió tibia y peroné en su etapa en el Villarreal cuando celebró un gol con los aficionados. La valla se le cayó encima con todos los aficionados.
Alessandro Nesta. El futbolista estuvo un mes de baja al lesionarse la muñeca jugando a la PlayStation. En su tiempo libre le daban horas jugando.
Carlo Cudicini. El exportero del Chelsea tuvo que ser operado de la rodilla después de salir a pasear a su perro. Su mascota tiró tan fuerte que lo arrastrara por la calle.
Carlos Tévez. El argentino tuvo que retrasar su debut con el Manchester City después de resbalarse en la ducha y doblarse un tobillo.
Paulo Diogo. Cuando todavía dejaban llevar anillos en los partidos, el jugador fue a celebrar un gol con los aficionados y al bajarse de la valla se le quedó el anillo enganchado y perdió el dedo.
Richard Wright. El ex portero del Everton salió a calentar antes de un encuentro ante el Chelsea y se tropezó con el cartel de 'No pisar el césped' que había en el terreno de juego.