Capello: buen técnico, mal seleccionador

El pase de Rusia a la Eurocopa ha dejado de nuevo en evidencia a Fabio Capello como seleccionador, ya que el italiano, que dejó el cargo en julio con los rusos prácticamente desahuciados, ya había fracasado también en el banquillo inglés.

Capello, de 69 años, aceptó en 2012 la generosa oferta rusa, además de porque le convertía en el entrenador mejor pagado del planeta, porque le permitía redimirse del fiasco de su etapa como seleccionador inglés.
Si la derrota ante Alemania en los octavos de final del Mundial de Sudáfrica (4-1), con gol fantasma incluido de Lampard, fue un duro revés, su dimisión después de que la Federación Inglesa retirara a John Terry el brazalete de capitán por insultos racistas fue la puntilla.
Capello, que había ganado numerosos trofeos como técnico del Milán, Juventus, Roma y Real Madrid, dejó el cargo meses antes de la Eurocopa de Ucrania y Polonia, a la que Inglaterra se había clasificado con el italiano al mando.
Aunque había dicho que no volvería a sentarse en un banquillo, aceptó la suculenta propuesta rusa para quitarse la espina clavada y clasificó brillantemente a los eslavos para el Mundial de Brasil dejando en la cuneta a la Portugal de Cristiano Ronaldo, que tuvo que jugar la repesca.
Los rusos se las prometían felices, pero en tierras brasileñas los pupilos de Capello únicamente empataron dos partidos y perdieron otro, en el peor resultado en toda la historia de las participaciones mundialistas de Rusia y la URSS.
A partir de entonces, Capello se vio rodeado por la polémica por el bajo rendimiento de sus futbolistas y por sus altos emolumentos, que llegó un momento que la propia Unión de Fútbol de Rusia fue incapaz de costear.
El italiano fue acusado de encorsetar a los jugadores, de utilizar esquemas anticuados, de estar obsesionado con defender su portería y de invitar a demasiados jugadores sin experiencia internacional.
Capello replicó que fue contratado para clasificar al equipo para los grandes torneos, pero también para introducir sangre nueva en un equipo nacional envejecido con vistas al Mundial de Rusia 2018.
El mal ambiente acabó por influir en los resultados del equipo nacional en la fase de clasificación para la Eurocopa, por lo que federación y entrenador optaron por llegar a un acuerdo amigable y romper el contrato que les unía.
En ese momento, Rusia estaba fuera de la Eurocopa y, en el mejor de los casos, disputaría una repesca de mal recuerdo para los eslavos, ya que en su último intento se quedaron sin el Mundial de Sudáfrica al ser eliminada por Eslovenia con Guus Hiddink al timón.
El Ministerio de Deportes buscó a la desesperada un técnico que sacara al equipo del atolladero y el único que estaba dispuesto a asumir el riesgo sin cobrar un solo duro fue el técnico del CSKA Moscú: Leonid Slutski.
Doble campeón de liga con el equipo del Ejército ruso en las temporadas 20012-13 y 2013-14, y líder indiscutible en la actual pese a que su máximo rival, el Zenit, es patrocinado por el gigante gasístico Gazprom, Slutski es considerado unánimemente el mejor técnico del país.
Nada más llegar, dejó claro que se habían acabado los experimentos y que en su selección jugarían los futbolistas con mayor experiencia internacional, independientemente de la edad que marcara su pasaporte.
Se olvidó de los jóvenes a los que Capello había dado minutos, dejó en el banquillo a los jugadores que no eran titulares en sus respectivos clubes y apostó sin dudarlo por la vieja guardia.
El resultado fueron cuatro victorias consecutivas -la más importante de ellas la lograda ante Suecia en Moscú (1-0)-, que le permitieron lograr el billete directo para la Eurocopa de Francia, por detrás de la invicta Austria, en el Grupo G.
El éxito es indudable, ya que pocos apostaban por Rusia tras el empate en casa ante Moldavia, pero el futuro de la selección deja muchas dudas.
Además de veteranos como Ignashévich, los hermanos Berezutsky, Zhirkov y Shirókov, el equipo presenta jugadores con toda la carrera por delante como Dzagóev, Kokorin, Dziuba, Shátov y el madridista Cheryshev.
No obstante, la traumática salida de Capello ha truncado el relevo generacional, ya que los jugadores a los que el italiano dio minutos como Golovin, Kanunnikov, Ozdoyev, Moguilivets o Miranchuk se han quedado ahora fuera de la selección.
Rusia se ha clasificado para la Eurocopa, torneo donde logró su mayor éxito al alcanzar las semifinales en 2008, pero no queda nada claro el equipo que representará al país anfitrión en el Mundial de 2018, pero eso ya no será culpa de Capello.