La Copa América y sus orígenes, cien años atrás

A finales del siglo XIX, el despertar del fútbol en todo el mundo también tuvo su particular apogeo en Latinoamérica, donde los contactos se hicieron patentes gracias al desarrollo de la revolución industrial y la llegada de los inmigrantes trabajadores que desembarcaron en América y trasladaron el nacimiento de un nuevo deporte que había despertado en Inglaterra.

De esta forma, el deporte del balompié se implanta en la sociedad latinoamericana de la mano del origen de los nuevos clubes para llevar a cabo la práctica de dicho deporte. La competición a nivel local empieza a profesionalizarse, aunque a nivel internacional tardó algo más y al comienzo solo se disputaban encuentros amistosos.
En Sudamérica, eran pocos los torneos existentes, como la Copa Lipton, donada por el magnate inglés del té Thomas Lipton para ser disputada entre los dos países del Río de la Plata; la Copa de Honor o la Copa Newton, que se disputaban Uruguay y Argentina.

Sería en 1910 cuando Argentina organizara, con motivo del centenario de la revolución de mayo, un torneo internacional de selecciones en el que invitó a Chile, Uruguay y Brasil, aunque el combinado brasileño no se presentó finalmente. Éste sería el primer campeonato internacional de selecciones a nivel sudamericano, pero no nunca ha sido reconocido con la Conmebol como uno de carácter oficial, por lo que no estaríamos ante la primera Copa América de la historia.
Sí tendría ese honor el que se llevó a cabo seis años más tarde, también organizado por Argentina como parte de los festejos del centenario de la declaración de independencia, y nuevamente se invitó a los mismos combinados nacionales que en el anterior.
Argentina, como anfitrión, Chile, Uruguay y Brasil fueron los cuatro únicos países que participaron en la primera edición del campeonato sudamericano de selecciones, a posteriori denominado como Copa América, a partir de 1975.
Argentina, como organizador, Uruguay, Chile y Brasil fueron las únicas cuatro selecciones que disputaron aquella primera Copa América de 1916
El torneo se desarrolló del 2 al 17 de julio de 1916 en Buenos Aires con el formato de liguilla a una vuelta y solo seis encuentros para dictaminar quien se llevaría la Copa donada por el Ministro de Asuntos Exteriores argentino. La disputa del torneo sería decisiva para la fundación de la Confederación Sudamericana de Fútbol, que se llevaría a cabo a mediados de la competición, el 9 de julio de ese mismo año.
Es curioso que después de que todos los encuentros de la competición se disputaran en el estadio G.E.B.A, de Gimnasia y Esgrima de Buenos Aires, gran parte de la final llegara a jugarse en el antiguo estadio de madera de Racing Club, que sería más tarde el lugar del futuro Estadio Presidente Perón. Esto ocurrió debido a la suspensión del partido a los cinco primeros minutos debido a una sucesión de incidentes en el G.E.B.A, entre ellos el incendio provocado por los aficionados al estadio, enfadados por la decisión del colegiado, por lo que el resto del encuentro se tuvo que jugar al día siguiente, 17 de julio, en el escenario de Racing de Avellaneda.
Pese a que el sistema del torneo era una fase de liguilla, el último partido entre Argentina y Uruguay decidiría el campeón, por lo que se celebró como si de una clásica final se tratara, más si cabe con el ingrediente de disputarse tener que disputarse en dos días seguidos. El choque acabó sin goles tras comenzar desde el minuto seis y los uruguayos, que 34 años después lograrían machada aún mayor con el 'maracanazo' en Brasil, conquistaron el primer torneo sudamericano de selecciones en la 'cancha' de su rival, Argentina.

De la mano de jugadores como Isabelino Gradín y José Piendibene, con cinco goles entre ambos, Uruguay se convirtió en el primer campeón sudamericano y no sería la primera vez que arruinaría los festejos del combinado local cuando esté ya tocaba con los dedos un título que finalmente se escaparía.
Tras el éxito de la primera edición y la creación de la Conmebol, se volvería a organizar el mismo campeonato sudamericano al año siguiente, siendo esta vez Uruguay el escenario y de nuevo, repitiendo como el Campeón. La Confederación compró entonces un trofeo para entregar al ganador que sería una copa de plata con base de madera que fue adquirida en una joyería de Buenos Aires por unos 3.000 franco-suizos.
Las dos primeras ediciones se celebraron mientras el mundo se tambaleaba en la Primera Guerra Mundial y triunfaba la Revolución bolchevique
Las dos primeras ediciones se celebraron pese a estar en juego el devenir de la civilización en la Primera Guerra Mundial, que no tendría su fin hasta 1918, en el que no se disputó el campeonato sudamericano. Un año antes, en el que se llevó a cabo el torneo en tierras uruguayas, triunfaría la revolución bolchevique.
La final volvió a ser la misma en 1917, aunque con triunfo uruguayo por 1-0 con un solitario tanto de Héctor Scarone, aunque uno de los grandes protagonistas fue el defensa Varela, quien se puso los guantes tras la expulsión de su portero y salvó con varias intervenciones a su selección.
No sería hasta la tercera edición, en 1919 debido a que una epidemia de gripe que asoló Río de Janeiro un año antes obligó posponerla al año siguiente, cuando otra selección distinta a la uruguaya se alzara con el título. Esta vez Brasil se impuso siendo el anfitrión y comenzaría su andadura hasta convertirse posteriormente en la potencia futbolística a nivel mundial que ha sido y es en la actualidad.
El descubrimiento se convirtió en costumbre y ya no tuvo freno y hasta el día de hoy, con la suma de selecciones y cambios de sistemas de competición y de calendario de celebración, la Copa América se ha ido disputando hasta llegar a los cien años en este 2016, cuando en el mes de junio el mundo americano, ya sea norte o sur, y teniendo a Estados Unidos como país organizador, contemple el culmen de una tradición que llega a su centenario dispuesta a celebrar la fiesta del fútbol americano.