El Shakhtar, menos samba y más guerra
El Shakhtar Donetsk, rival del Sevilla en las semifinales de la Liga de Campeones, mantiene su tradicional magia brasileña, pero debido al exilio de la guerra ha perdido talento a raudales en las últimas temporadas.Los "mineros" no acaban de acostumbrarse a tener que jugar sus partidos en Lvov, en el oeste de Ucrania, pese a ser un magnífico estadio construido especialmente para la Eurocopa de 2012.
Ya son dos las temporadas que el equipo no puede jugar en Donetsk, principal bastión de los separatistas prorrusos, ya que, aunque ambos bandos acordaron un alto el fuego en febrero de 2015, las escaramuzas son continuas.
La temporada pasada el Shakhtar ya no pudo revalidar el título de liga y a estas alturas es segundo a cinco puntos del líder, el Dinamo Kiev, actual campeón.
El rumano Mircea Lucescu, técnico del equipo desde 2004, considera que el exilio ha sido un hándicap que ha afectado tanto al rendimiento, como los resultados, no digamos a la política de fichajes del club.
El hombre más rico de Ucrania, Rinat Ajmétov, sigue siendo el propietario del club, pero ha reducido el presupuesto y canalizado el dinero para programas humanitarios de ayuda a los afectados por la guerra.
El Shakhtar ha perdido en los últimos años a sus mejores futbolistas: William (Chelsea), Luis Adriano (Milán) y Douglas Costa (Bayern Múnich).
Con ellos, dominó el fútbol nacional y se alzó con la última edición de la Copa de la UEFA en 2009 al derrotar en la final al Werder Bremen.
Los brasileños siguen siendo numerosos en la plantilla (8), pero Lucescu ha reducido gradualmente su influencia en el juego, hasta el punto de que en los cuartos de final contra el Braga sólo tres fueron titulares.
Se trata del lateral izquierdo Ismaili y de sus compatriotas Marlos y Taison, que juegan en el centro del campo, mientras jugadores como Fred o Bernard esperan su oportunidad en el banquillo, al igual que el nacionalizado croata Eduardo.
Lucescu sigue confiando como baluartes de la defensa en los veteranos Srna, eterno capitán del equipo, falso lateral derecho e internacional croata; y el zurdo ucraniano Rakitskiy, central con buena salida del balón.
La portería es defendida por Pyatov, un portero capaz tanto de salvar a su equipo como de dejarlo en la estacada con fallos memorables.
El internacional ucraniano Stepanenko, un perro de presa de gran envergadura, es fijo delante de la defensa; y en los últimos partidos Lucescu ha apostado por el joven Kovalenko, jugador de la cantera de apenas 20 años y la estrella del partido de vuelta ante el Braga.
Otro futbolista de la casa que también ha desplazado a la pléyade de brasileños es Málishev, que había sido cedido y al que el rumano ha concedido la titularidad.
Aún más paradójico es lo ocurrido con el argentino Facundo Ferreyra, que protagonizó junto a otros cinco brasileños una auténtica espantada al abandonar la concentración del equipo en 2014 por miedo a la guerra.
Ferreyra es el único futbolista que se negó a regresar, por lo que jugó cedido una temporada en el Newcastle, aunque volvió a Ucrania hace unos meses y fue el delantero más adelantado ante el Braga, al que marcó un gol en la ida.
En su camino a las semifinales, el Shakhtar dejó en la cuneta a dos equipos de entidad como el Anderletch belga (3-1 y 0-1) y el Schalke 04 alemán (0-0 y 0-3).
El Shakhtar fue a parar a la Liga Europa tras caer eliminado en la fase de grupos de la Liga de Campeones, donde coincidió con Real Madrid y PSG, y únicamente logró una victoria ante el Malmö.
Su mayor éxito en la "Champions" fueron los cuartos de final en 2011 ante el Barcelona de Pep Guardiola, que les endosó un 6-1 entre ambos partidos y se alzaría posteriormente con el máximo trofeo continental.
