El Athletic llega a su primera final del curso frenado en sus aspiraciones

El Athletic Club llega al primer partido con consideración de final en lo que va de curso, el jueves ante el KRC Genk belga en San Mamés, en una miniracha de tres partidos sin ganar que le ha frenado sus aspiraciones de incrustarse en la parte alta de la tabla en LaLiga Santander y de superar sin demasiados apuros la Fase de Grupos de la Liga Europa.Ramón Orosa
El equipo de Ernesto Valverde continuó en la última jornada liguera, cediendo un empate en Bilbao al CA Osasuna, con la línea irregular que inició diez días antes en Genk, donde cayó claramente derrotado y se complicó sobremanera su futuro europeo.
Después, dio buena cara y desaprovechó buenas oportunidades en el Santiago Bernabéu hasta caer derrotado en el tramo final y por la mínima; y concedió demasiado al penúltimo clasificado en San Mamés antes de volver a marrar buenas ocasiones para completar la remontada que sobrevoló pero no se concretó en La Catedral.
Los dos puntos que se dejó ante Osasuna le descabalgaron al Athletic de los puestos europeos y le impidieron auparse de nuevo al corte noble de la tabla, en el que llegó a estar -junto a Real Madrid, Barcelona, Atlético de Madrid, Sevilla y Villarreal- hasta que hace cuatro jornadas cayó en La Rosaleda en inferioridad numérica remontado por el Málaga.
Con esa sensación de falta de solidez y contundencia encara el Athletic un choque ante el Genk que necesita ganar sí o sí para no dejar el pase a los dieciseisavos de final de la UEFA Europa League en manos de la fortuna y de una improbable carambola de resultados.
Los leones son colistas del Grupo F de la Liga Europa desde la primera jornada, desde que cayeron estrepitosamente en Italia ante el debutante UE Sassuolo, por 3-0. En la segunda recuperaron el ánimo y las opciones con un escueto 1-0 en San Mamés a un Rapid de Viena que aceleró en los últimos minutos los corazones de los aficionados rojiblancos.
Con los cuatro equipos con tres puntos, aunque el Athletic todavía colista, parecía que los dos partidos ante el Genk del ecuador de la liguilla podrían arreglar la situación a un equipo rojiblanco que si algo suele tener con Valverde al frente es regularidad y fiabilidad.
Pero una segunda debácle continental en la segunda salida de la temporada, 2-0 en Bélgica, dejó al equipo vasco al borde del abismo aún con toda la segunda vuelta de la Fase de Grupos por disputarse.
"Ganar nos da la vida y perder nos deja prácticamente fuera", resumió, sin tapujos, Mikel Rico la casi desesperada situación europea de su equipo. Que además tiene un diferencial de goles (-4; 1/5) que le puede penalizar en cualquier múltiple empate que pueda darse en un grupo, eso sí, hasta ahora muy igualado.
Ese -4 puede incluso hacer insuficiente un triunfo rojiblanco por la mínima o por dos goles el jueves, ya que el Genk, líder con 6 puntos, cuenta con un +3 (7/4) que le tiene en una situación casi privilegiada: con dos puntos sobre el Sassuolo (+1; 5/4) y el Rapid (0; 4/4), y tres sobre un Athletic varado en la última plaza.
Está echando mucho de menos el equipo vasco a sus goleadores en Europa, donde todavía no se han estrenado y únicamente Beñat Etxebarria, el armador del equipo rojiblanco, ha visto puerta.
Ni Aritz Aduriz, máximo goleador de la Liga Europa el curso anterior, ni Iñaki Williams, peleado con el gol como no se esperaba tras su impactante primera campaña en la elite, ni Raúl García, el complemento ideal para Aduriz en su primer año en Bilbao, le han cogido el aire aún a un torneo que ilusiona como ninguno en la capital vizcaína y al que podrían llegar ya demasiado tarde de no aparecer el jueves.
Porque no ganar al Genk podría empezar a obligar al Athletic a pensar ya más en las otras dos competiciones oficiales a las que tiene que hacer frente. En una Copa del Rey que arrancará dentro de un mes y en una Liga en la que también se ha visto en la últimas jornadas, sumando solo 4 puntos de 12 posibles, frenado en las aspiraciones que había fortalecido con el pleno de 12 puntos que con anterioridad le había aupado a la zona más alta de la tabla.